He aquí un gran argumento a favor del matrimonio: los que se arrepienten de haberse casado nunca son más que los que se casan.
Noel Clarasó
Si puedo traer alegría en el mundo, si puedo conseguir que la gente deje de pensar en el dolor por un momento, o el hecho de la mañana por la mañana van a levantarse y decirle a su jefe 'fuera'... entonces voy a tener éxito.
Bobby McFerrin
Es asombroso lo que puedes ocultar con tan solo una sonrisa.
Demi Lovato
El trabajo tiene, entre otras ventajas, la de acortar los días y prolongar la vida.
Denis Diderot
¿Y el vicio privado no hace indigno a un hombre de ejercer un cargo público? La señora Albion miró a Mercy con genuino asombro y dijo, riendo: - Bueno, si así fuera, no habría nadie para gobernar la tierra. Mercy guardó silencio.
Edward Rutherfurd
Traté de sacar un cigarro de la bolsa del pantalón y me temo que le practiqué un tacto de próstata al de adelante. ¿O es una señora?
Fabrizio Mejía Madrid
No permitáis que alcen vuelo, abandonando las cosas terrenas, y con sus alas golpeen contra paredes eternas.
Friedrich Nietzsche
Los que renuncian son más numerosos que los que fracasan.
Henry Ford
Seré indistinguible, seré un antes, una página en blanco, lo contrario de "a partir de ahora", y perteneceré a lo que ya no cuenta.
Javier Marías
El Nuevo Testamento, y en gran parte también el Antiguo, es el alma del hombre. No se puede criticar: es él quien te critica.
John Jay Chapman
El divorcio, sería una cosa inútil si el día del casamiento, en vez de colocar el anillo en el dedo de la mujer, se lo colocáramos en la nariz.
Jules Renard
Viven de difundir falsos temores. ¿Es que no lo entienden? Los falsos temores son una plaga, una plaga moderna.
Michael Crichton
El hombre juicioso no busca vengarse de sus enemigos; deja este cuidado a la vida.
Paul Courty
Insiste en ser tu mismo, nunca imites a nadie.
Ralph Waldo Emerson
La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Salvador Allende
Las contradicciones pueden conciliarse. Sólo las mediocridades y las medias verdades son imposibles de conciliar.
Thomas Mann