Es un necio quien no puede enfadarse; pero es un sabio quien no se enfada, pues el enfado nada compone y sólo castiga al mismo que se enfada.
Noel Clarasó
Para mi, el cine son cuatrocientas butacas que llenar.
Alfred Hitchcock
¿Cómo podría la misma gente haber construido tales iglesias y haber destruido tantas de ellas en un arranque de furia ciega?
Andréi Amalrik
Nadie tiene el monopolio de la verdad ni la exclusiva del error.
Arturo Graf
El misántropo no aborrece tanto a los demás hombres como a sí mismo.
Charles Chincholle
Todo el conocimiento, la totalidad de preguntas y respuestas se encuentran en el perro.
Franz Kafka
No percibimos las cosas sino sus relaciones. Nada ni nadie existe separado. Yo mismo soy una relación en perpetuo cambio.
Hugh Prather
En boca de Andrew Martin, en el cuento El hombre bicentenario:
Isaac Asimov
Enfrentarse, siempre enfrentarse, es el modo de resolver el problema. ¡Enfrentarse a él!.
Joseph Conrad
La elocuencia debe venir de la emoción, pues toda emoción la da naturalmente.
Joseph Joubert
La crisis ha demostrado que la autorregulación -que propugnaba la industria financiera y que para mí era un oxímoron- no funciona.
Joseph Stiglitz
No hay peor cosa que un bruto con inquietudes.
Juan Domingo Perón
El nunca pierde la paciencia, ni duda, ni se queja; siempre tiene esperanza, trabaja y espera tan alegremente, que uno se avergüenza de conducirse de otra manera delante de él. Ayudándome y confortándome, me demostró que yo tenía que practicar todas las virtudes que deseaba que mis hijas poseyeran, porque yo era para ellas un ejemplo.
Louisa May Alcott
Se ha calculado que el número de pícaros que se aprovechan de las ventajas de la sociedad burguesa es mucho mayor que el de las personas honradas que disfrutan de aquéllas.
Ludwig Börne
Cuando estas palabras se le hayan ido de la cabeza, se perderán para siempre. Como si nunca hubieran existido.
Margaret Atwood
La química, junto con la física de la materia sólida en la tierra, tratan sobre los cimientos del mundo material en el que se basa toda nuestra vida.
Robert S. Mulliken