Las vides requieren un poco de adversidad para reafirmar su personalidad.
Noah Gordon
El odio es la cólera de los débiles.
Alphonse Daudet
El espíritu busca, pero el corazón es el que encuentra.
George Sand
Como regla general, un optimista es un tipo que no está suficientemente informado.
J. B. Priestley
Un beso es solo un beso, sólo tiene la importancia que tú quieras darle. Puede no significar nada... O puede cambiarlo todo.
Laura Gallego García
El partido es el instrumento esencial de la revolución proletaria. Nuestra experiencia de un año (febrero de 1917-febrero de 1918) y las complementarias de Finlandia, Hungría, Bulgaria, Italia y Alemania, casi nos permiten enunciar como ley inevitable la crisis dentro del partido cuando se pasa del trabajo de preparación revolucionaria a la lucha directa por el Poder.
León Trotski
Allí donde existen políticas monetarias y presupuestarias holgadas, por no decir expansivas, no hay menor inflación sino mayor crecimiento de los precios y no hay mayor ocupación sino más paro.
Leopoldo Calvo-Sotelo
La noche de Navidad es la noche de las resurrecciones y de los recuerdos. Los niños, al dormirse en sus cunas, quedan confiados en el espíritu misterioso que bajará durante el sueño para llenar de dulces y juguetes los botines nuevos que han dejado a propósito en la chimenea.
Manuel Gutiérrez Nájera
Tengo varias religiones, como tengo varias patrias, de manera que en cierto sentido no pertenezco quizás a ninguna.
Marguerite Yourcenar
Pienso en Colin todos los días de mi vida.
Nigel Mansell
Los golpes de la vida no pueden destrozar a una persona cuyo espíritu se forja con los fuegos del entusiasmo.
Norman Vincent Peale
Pues no nos llamó Dios a la impureza, sino a la santidad.
Pablo de Tarso
Si eres hombre, alza tus ojos para admirar a los que han emprendido cosas grandes aunque hayan fracasado.
Séneca
Sirven de impedimento para la felicidad las muchas ocupaciones.
No se puede dedicar el alma a acumular intentos, pesa más la rabia que el cemento.
Shakira
Las más grandes penas son aquellas que nos causamos nosotros mismos.
Sófocles