La presión de nuestras ocupaciones y la incesante corriente de impresiones que se vierten en nuestra conciencia a través de todas las puertas del conocimiento hacen que la existencia moderna sea arriesgada en muchos modos.
Nikola Tesla
No pienso nunca en el futuro porque llega muy pronto.
Albert Einstein
No puede ser hermoso lo que es grave.
Antón Chéjov
Los sabios tienen sobre los ignorantes las mismas ventajas que los vivos sobre los muertos; que la sabiduría es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad.
Aristóteles
Los tecnócratas económicos podrán estructurar una reforma fiscal aquí, una nueva ley de seguridad social por allá o un régimen modificado de cambio de divisas en alguna otra parte, pero en realidad nunca podrán permitirse el lujo de una tabla rasa sobre la que construir, en su máximo esplendor; el marco completo de sus políticas económicas favoritas.
Arnold Harberger
El hombre inteligente busca una vida tranquila, modesta, defendida de infortunios; y si es un espíritu muy superior, escogerá la soledad.
Arthur Schopenhauer
El hombre descontento no encuentra silla cómoda.
Benjamin Franklin
La mujer llora antes del matrimonio, el hombre después.
Boris Makaresko
Cuando necesito de paz, de tranquilidad, de sosiego, cuando muchos copetines y muchas farras me han cansado, vengo a ver a mi viejecita, y a su lado recobro fuerzas.
Carlos Gardel
Muriendo de pie es seguro que ganaremos aquel paraje de hierbas locas donde empieza la soledad.
César Moro
De aquí en adelante vas a ser una extraña para uno de tus padres.
Donald Sutherland
El que lucha por conservar la fama está perdido. Lo que importa es la eficacia de las ideas, nada más.
Elias Canetti
Cuando era beatle, cada año parecían veinte años.
George Harrison
El libertino más ramplón ha soñado alguna vez con sultanas, y todos los notarios llevan dentro de sí las ruinas de un poeta.
Gustave Flaubert
La liberalidad consiste menos en dar mucho que en los regalos bien planificados.
Jean de la Bruyere
El líder eficiente guía alentando y no tratando de infundir miedo en el corazón de sus seguidores.
Napoleon Hill