Como un hijo de mi patria creo que es mi deber ayudar a la ciudad de Zagreb en todos los aspectos con mi asesoramiento y trabajo.
Nikola Tesla
Mellow no me describe. Tengo hambre todos los días.
Alan Rickman
El héroe del ideal debe huir de (esas) soluciones prosaicas, no mirar más que de frente, concebir una empresa de tal modo ligada con su vida, que o ambas sean glorificadas en la victoria, o perezcan juntas en el vencimiento.
Ángel Ganivet
Es 'asustante' que los libros circulen libremente por la Red.
Ángeles González-Sinde
Un idealista auténtico nunca olvida la realidad de la vida cotidiana.
Anónimo
La vida suele brindarnos aquello que no buscamos en ella.
Carlos Ruiz Zafón
Respecto a mi país, todos acabamos un poco decepcionados. Se hizo un buen trabajo, pero las cosas no salieron como esperábamos. Agradezco a Capello que me diera la oportunidad de estar allí y vivir el torneo con mis compañeros.
David Beckham
Amar es vivir en aquellos que se ama.
Eliphas Lévi
Hay que hacer algo, pero no pensar en hacer algo.
Francis Picabia
El hombre que comenzó siendo un bribón nunca será un hombre de bien: del vino se hace con facilidad vinagre, pero jamás del vinagre vino.
Friedrich Rückert
El más elevado de todos los dones y bendiciones del espíritu que Cristo concede a los suyos es: el de superarse a uno mismo y, por amor al Redentor, tolerar gustosamente el castigo y la injuria y el sufrimiento".
Hermann Hesse
De dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: De la derecha cuando es diestra, de la izquierda cuando es siniestra.
Mario Benedetti
Debemos aceptar la decepción finita, pero nunca debemos perder la esperanza infinita.
Martin Luther King
Mmmmm... es todo lo opuesto al Musaraña. Alguien con el que me aburriré hasta la saciedad y del que nunca me enamoraré por soso y encorsetado. El candidato perfecto para cuatro polvetes, ¿no crees, Lola?
Megan Maxwell
El que muriera no prueba que hubiese vivido.
Stanisław Jerzy Lec
Juro por la burra de Balaam que, si sigue callando, haré que se arrepienta de su obstinación. Y diciendo estas palabras, el Califa no pudo evitar lanzar sobre el desconocido una de sus peligrosas miradas; éste ni se inmutó: el ojo asesino no le produjo el menor efecto.
William Beckford