No creo que haya alguna emoción más intensa para un inventor que ver alguna de sus creaciones funcionando. Esa emoción hace que uno se olvide de comer, de dormir, de todo.
Nikola Tesla
Si un profesor prevé que un mal estudiante continuará igual, lo más seguro es que nada cambie.
Alejandro Jodorowsky
La primavera es cuando sientes ganas de silbar incluso con un zapato lleno de lodo.
Doug Larson
No significa nada, si no consigues swing.
Duke Ellington
Nunca podréis planear lo porvenir por lo pasado.
Edmund Burke
Tenemos que afrontar el hecho de que o vamos a morir juntos o vamos a aprender a vivir juntos. Y si vivimos juntos, tenemos que hablar.
Eleanor Roosevelt
Un hombre no está bien hasta que sea feliz, sano, y próspero; y la felicidad, la salud, y la prosperidad son el resultado de un ajuste armonioso del interior con el exterior del hombre.
James Allen
Todos los oradores que han hablado antes que yo, han dicho: El fascismo no pasará. Y yo os digo que esta frase sólo tiene sentido cuando se toman todas las medidas necesarias para luchar contra el fascismo.
José Díaz Ramos
Aquellos campos, los de las pardas onduladas cuestas, los de los mares de enceradas mieses, los de las mudas perspectivas serias, los de las castas soledades hondas, los de las grises lontananzas muertas...
José María Gabriel y Galán
Tres mil personas exigen en Colombia que sus vidas no sean utilizadas como peones en un ajedrez de intereses que no son los suyos.
José Saramago
Un mero copista de la naturaleza jamás producirá algo extraordinario.
Joshua Reynolds
Los niños, en contra de la opinión general de los adultos, no son imbéciles. Son capaces de percibir sentimientos complejos desde muy pequeños.
Juan Gómez-Jurado
Mi grupo es sencillez y seriedad en los propósitos.
Kase.O
Ser natural es la más difícil de las poses.
Oscar Wilde
La política depende de los políticos más o menos como el tiempo depende de los astrónomos.
Remy de Gourmont
Saber hacer del amor algo absoluto, delante de lo cual todo lo demás pierda su valor, es absolutamente necesario.
Søren Kierkegaard