A los hombres hay que acariciarlos o destruirlos, pues vengarán un insulto leve, pero quedarán indefensos si se les aplica un golpe duro.
Nicolás Maquiavelo
Desciende al nivel de tu interlocutor, para no humillarle o desorientarle.
Amado Nervo
Bueno es que Dios nos ha dado, que en lo que fuere necesario jamás faltará.
Ana de Jesús
Gary era un macho man, pero ninguno de mis maridos ha sido lo suficiente hombre para convertirse en Sr. Bette Davis.
Bette Davis
El reggaeton es una mezcla de raggamuffin de Panamá, reggae jamaicano junto con el dance jamaicano-americano, que es la música negra americana, con un golpe de tambores puertoriqueños, y toda esa fusión de ritmos se llama reggaeton.
Don Omar
El ideal del bien está en razón directa del desarrollo de la moral, y en razón inversa de la capacidad individual y colectiva para conocer los fines religiosos o morales.
Eugenio María de Hostos
La falta de generosidad al vencer disminuye el mérito y los frutos de la victoria.
Giuseppe Mazzini
Es imposible vivir sin fallar en algo, a menos que viva con tanta cautela que es posible que tiene bien no has vivido en absoluto, en cuyo caso usted ha fallado de forma predeterminada.
J. K. Rowling
Casi todo se olvida en la vida y todo se recuerda en la muerte.
Javier Marías
Llegará un día en que los hombres como yo, verán el asesinato de un animal como ahora ven el de un hombre.
Leonardo da Vinci
Yo he disfrutado de mi vida.
María Conchita Alonso
El futuro no envía heraldos.
Oscar Wilde
Solo un alma tenemos, no más ¿y si la pierdes, que harás?
Pedro de San José Betancur
Pensé en ti de forma continua unas mil millas al sur donde Italia apoya su lomo en Francia en la esfera oscurecida. Tu cotidianeidad se renovó allí.
Seamus Heaney
Un pensamiento de alegría crea, por simpatía, otro pensamiento de alegría en otros.
Swami Sivananda
De pronto me sentí a mí mismo, y a mi propio yo. Todos aquellos que se dan cuenta de Sí Mismos, son conscientes de su individualidad, pero solamente el ojo inflamado, el dedo lastimado, el diente enfermo se evidencian; pues el ojo sano, el dedo indemne, y el diente intacto no parecen existir. De modo que, sin duda alguna y con absoluta certeza, uno está enfermo cuando siente su propia personalidad.
Yevgueni Zamiatin