Las matemáticas se escriben para los matemáticos.
Nicolás Copérnico
Cuidado con el bambi.
Alfonso Guerra
Solo en la ruta de mi destino sin el amparo de tu mirar, soy como un ave que en el camino rompió las cuerdas de su cantar.
Alfredo Le Pera
Mi consejo es siempre el mismo: comience a pensar positivamente o terminará boicoteándose a usted mismo.
Donald Trump
El hombre es el animal más enfermizo por ser el más desviado de sus instintos.
Friedrich Nietzsche
Retroceder ante el peligro da por resultado cierto aumentarlo.
Gustave Le Bon
Todos, al nacer, reciben como herencia de la especie los elementos para adquirir una personalidad específica.
José Ingenieros
Los oídos no pueden escuchar ni la lengua puede escribir las torturas de ese infierno interior.
Lord Byron
Los hombres se empeñan en creer en Dios porque no confían en sí mismos. Y la historia nos demuestra que no les faltarazón pues hasta ahora no hemos demostrado ser confiables.
Mario Vargas Llosa
Tienes que pensar que muchas veces las cosas no van a salir. A la hora de la verdad, la mayoría de las empresas, cuando nacen, no tienen un plan maestro. Nosotros no lo teníamos. Empresas como Google, tampoco.
Michael Dell
Uno debería: o ser una obra de arte o llevar una consigo.
Oscar Wilde
A rey muerto, rey puesto.
Proverbio
La nube ignora por qué se desplaza en una determinada dirección, y a una velocidad específica. Siente un impulso... Ese es el rumbo del momento. Pero el cielo conoce las razones y las configuraciones que hay detrás de todas las nubes, y tu también las conocerás cuando te eleves a la altura indispensable para ver más allá de los horizontes.
Richard Bach
Las personas del mundo no se miran a sí mismas, por lo que culpan a los demás.
Stephen Covey
La guerra es más poderosa que las razones por las que se va a la guerra. Hoy casi todas las guerras que lidera Occidente se presentan como si fueran humanitarias.
Tzvetan Todorov
Sus ojos fijos en la parte inferior de mi cara como si me leyese los labios, y después de un momento de reflexión (su comprensión amatoria era incomparable) dio la vuelta rápidamente y cimbreándose sobre sus esbeltas caderas, me condujo por el pasillo alfombrado de azul.
Vladimir Nabokov