La forma como ustedes ven su vida, y hacia donde van, va a determinar que tan exitosos van a ser en la vida.
Nick Vujicic
Amor no llega demasiado tarde a quien se siente demasiado solo.
Agustín Acosta
Salgo del portal, quiero morir; tú en la habitación, llorando por mí; tú me has hecho tan feliz, que siempre estaré a tu lado, cuidando de ti.
Amaia Montero
En muchos casos, al profesional de Bolsa le está prohibido volver la vista para mirar las antiguas cotizaciones: podría pasarle como a la mujer de Lot.
André Kostolany
El nombre propio es el que marca la individualidad; el apellido, las relaciones sociales.
Ángel Ganivet
El poder sin freno de humanas simpatías es un don funesto. Triste cosa es el poder que emula a Dios en la destrucción y no en ta creación; que puede aniquilar a una generación y no es capaz de resucitar a un gusano una vez aplastado.
Carlo Bini
La ofensa más atroz que se puede inferir al hombre es negarle que sufra.
Cesare Pavese
Si un partido político se atribuye el mérito de la lluvia, no debe extrañarse de que sus adversarios lo hagan culpable de la sequía.
Charlotte Morrow
No tenía nombre. Amor no era; el Magistral no creía en una pasión especial, en un sentimiento puro y noble que se pudiera llamar amor; esto era cosa de novelistas y poetas, y la hipocresía del pecado había recurrido a esa palabra santificante para disfrazar muchas de las mil formas de la lujuria.
Clarín
Un objeto no resulta de la pluralidad de los átomos, sino de la combinación de los átomos deviene cada objeto.
Demócrito
Francia es una gracia; Inglaterra es una fuerza; Alemania es una técnica.
Eugeni d'Ors
¿Y qué es el dolor sino el depósito de la esperanza?
Joyce Carol Oates
Una sociedad en la cual cada individuo sea un productor de trabajo manual o intelectual; en la que todo ser humano que no esté impedido sea un trabajador, y en la que todos trabajen, lo mismo en el campo que en el taller industrial.
Piotr Kropotkin
Aplanar mis imágenes, sin atenuarlas.
Robert Bresson
Cuando hay una oportunidad, nunca retrocedo.
Takuma Sato
Los cristianos no nacen, se hacen.
Tertuliano