El bar es resonante como una concha marina. Todas las voces brasileñas pasan por allí.
Nelson Rodrigues
Si todo el mundo comiera lo que necesita.
Antonia San Juan
Dios sabe que no he deseado ni deseo nada de nadie, pero que quiero guardar lo que, por su infinita bondad, me ha dado y que nadie me lo inquiete ni me lo quite.
Carlos III de España
La autoridad no gana nada oprimiendo la libertad; ni la libertad tampoco debilitando la autoridad.
Émile de Girardin
Esta misa no es una diversión que se procura a los fieles; tiene por objeto acrecentar la intensidad de sus plegarias.
Erik Satie
La bella y noble novia de la que había hablado de manera alegórica era la pobreza, con la que pensaba desposarse hondamente de aquí en más.
Hermann Hesse
Duermes, mientras la ciudad golpea el cristal con su llanto, ajena a tu sueño. Qué pena que este milagro de verte dormida en paz no desborde el muro de esta habitación.
Ismael Serrano
La liberación de La Fragata dista de ser un logro para enorgullecerse. Nunca debió someterse a la humillación del embargo.
Jorge Asís
La función capital del hombre mediocre es la paciencia imitativa; la del hombre superior es la imaginación creadora.
José Ingenieros
La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, el espíritu de una situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo.
Karl Marx
Creer es fácil, burlarse es simple, tener fe, es más difícil.
Louis L'Amour
Y todo por amarte, lindísimo país poblado de cadáveres y cráteres floridos.
Luis Alfredo Arango
No tengo intención de quererte -repuso Coraline-. Hagas lo que hagas, no puedes obligarme a quererte.
Neil Gaiman
Ten paciencia, corazón, que es mejor, a lo que veo, deseo sin posesión que posesión sin deseo.
Ramón de Campoamor
Los pueblos a quienes no se hace justicia se la toman por sí mismos más tarde o más pronto.
Voltaire
Los poetas de la antigüedad animaron a los objetos sensibles con dioses y genios nombrándolos y dotándolos con las propiedades de los bosques, ríos, montañas, lagos, ciudades, y todo lo que sus enormes y numerosos sentidos podían percibir..
William Blake