El que pierde el paso, pierde la compañía.
Neil Richard Gaiman
Mi persona está herida mi primera persona del singular.
Alejandra Pizarnik
Cuando el amor se termina, te sigue faltando algo.
Alejandro Sanz
De vez en cuando a todos se nos cae la vida, y eso no es tan malo, a veces es necesario. A veces es necesario que se rompa en mil trozos para que, en el momento de recogerlos, sepamos cuántos debemos dejar en el suelo, abandonados.
Eloy Moreno
Hoy, 18 de enero de 1826, para ahorrar balas, degollamos a 27 ranqueles.
Federico Rauch
Juventud ociosa, vejez penosa.
Gabriel Meurier
La función esencial de la lisonja es lisonjear a las personas por las cualidades que no poseen.
Gilbert Keith Chesterton
La voz humana, dos minúsculas cuerdas sedosas, maravillosas, más que todo lo demás.
James Joyce
Si los poderosos pueblos de América combinan sus operaciones y establecen sus relaciones, acabarán de un soplo con sus enemigos. Es obra muy difícil en las actuales circunstancias, pero nada se opone a la constancia y a la buena intención.
José Miguel Carrera
La novela, dicen, es un género que abarca todo, es un saco donde cabe todo, caben cuentos, teatro o acción, ensayos filosóficos o no filosóficos, una serie de temas con los cuales se va a llenar aquel saco; en cambio, en el cuento tiene uno que reducirse, sintetizarse y, en unas cuantas palabras, decir o contar una historia que otros cuentan en doscientas páginas.
Juan Rulfo
La palabra que más me gusta en español es amigo.
Ko Un
Pero si al menos se fijaran en la economía de nuestro campo, habrían de reconocer que precisamente la disociación de los campesinos en burguesía y proletariado crea el mercado interior. (Respuesta a los amigos del pueblo)
Lenin
Tras el vivir y el soñar está lo que más importa: despertar.
Macrobio
Para que las mujeres te amen, es necesario que duden y teman acerca del alcance y la duración de su poder.
Marlene Dietrich
Una mitad del mundo está compuesta de gente que tienen algo que decir y no pueden, y la otra de gente que no tienen nada que decir y siguen diciéndolo.
Robert Frost
Fruslerías, vanas como el aire, le valen al celoso de argumentos tan sólidos como si fueran palabras de la Sagrada Escritura.
William Shakespeare