Me sentía más seguro en compañía de un libro que de otras personas.
Neil Richard Gaiman
Nada molesta más a nuestra razón, y consume nuestra salud, como los celossecretos vividos en soledad.
Aphra Behn
A quien solicita vuestra ayuda para levantarse, no rehuséis tenderle vuestra mano.
Arturo Graf
Conocerás por experiencia lo salado del pan ajeno, y cuán triste es subir y bajar las escaleras en un piso ajeno.
Dante Alighieri
Perdonamos fácilmente a nuestros amigos los defectos en que nada nos afectan.
François de La Rochefoucauld
Bovarismo es no estar contento con la realidad, un anhelo de una vida construida sobre ensoñaciones.
Gustave Flaubert
En la Edad Media la arquitectura gótica, que se extendía por toda Europa, no penetró en Italia más que tardíamente, con imitaciones incompletas. Las dos iglesias enteramente, góticas que existen en Italia, una en Milán y la otra en Asís, son obra de arquitectos extranjeros.
Hippolyte Taine
¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo? (Mateo, 7, 3)
Jesús de Nazaret
Agradece, como un favor muy especial, ese santo aborrecimiento que sientes de ti mismo.
Josemaría Escrivá de Balaguer
Cualquier mujer que entienda los problemas de llevar una casa está muy cerca de entender los de llevar un país.
Margaret Thatcher
Después de todo, te enseñaron que el fin justifica los medios, pero vos ya no te acordás mucho de cuál es el fin. Tu especialidad siempre fueron los medios, y éstos deben ser contundentes, implacables, eficaces.
Mario Benedetti
El proletariado debe ir tras la oposición extrema burguesa.
Martínov
La belleza sin gracia es un anzuelo sin cebo.
Ninon de Lenclos
Lo malo está en que nuestra admiración es improductiva y en que si nos dedicamos a revocar lo que se cae, a hacer la limpieza de lo que construyeron, seremos ridículos ante nuestros hijos.
Pablo Palacio
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha.
Salvador Allende
Al frente de la pequeña columna iba un SS que, como buen alemán, amaba a los niños, incluso cuando estaba a punto de verlos en camino hacia el otro mundo. Sentía especial aprecio por un muchacho de doce años, violinista, que llevaba su instrumento bajo el brazo. El SS le dijo que se pusiera en cabeza del cortejo y tocara, y así iniciaron la marcha.
Wladyslaw Szpilman