Habla él con tan gentiles palabras, y tiene tal aire, promete con tanta pasión y jura con tanta gracia, que el ser engañado por él sabe a gloria.
Nathaniel Lee
He construido mi organización sobre el miedo.
Al Capone
Te escribo desde los centros de mi propia existencia, donde nacen las ansias, la infinita esencia, hay cosas muy tuyas que yo no comprendo, y hay cosas tan mías, pero es que yo no las veo.
Alejandro Sanz
No hay valor alguno si no pueden dar.
Alessandro Manzoni
Hablando de la Virgen de Guadalupe:
Carlos de Sigüenza y Góngora
El ir un poco lejos es tan malo como no ir todo lo necesario.
Confucio
Conocía aquel carácter y se reconocía en él, el de los perpetuamente cabreados con el mundo, el de los que creían que la vida les debía algo y se revolvían ante la sangrante injusticia de que siempre les fuera negado.
Dolores Redondo
Los astutos vencen siempre en el primer momento y suelen ser vencidos antes del fin.
Giovanni Papini
En el alma del hombre hay una chispa que, si no recibe alimento ni es avivada, queda cubierta por las cenizas de las ocupaciones cotidianas y la indiferencia, a pesar de que tarda mucho en extinguirse o no lo hace casi nunca.
Goethe
Que tu alimento sea tu única medicina.
Hipócrates
La individualidad civil no es otra cosa sino esa aventura en la que el ser afirma de forma plena su singularidad sin olvidar para nada sus subordinaciones para con el mundo.
Jean Ziegler
¿Un truco para levantarnos cada día y sobrevivir al día siguiente? Pensar en positivo y sonreír por los dones que nos entregaron los dioses. Estaremos muy poco en este planeta y merece la pena que lo aprovechemos.
Juan Antonio Cebrián
No pido disculpas por esos años de sexo; me atraía saltarme las normas y ser rebelde. Si un hombre puede hacerlo, yo también.
Madonna
Todo lo que se refiere a mí y a los compañeros de partido que figuran allí no es cierto, salvo alguna cosa que es lo que han publicado los medios de comunicación.
Mariano Rajoy
La sabiduría del cielo baja con la lluvia.
Paulo Coelho
Os amo, gentes del pueblo llano, de mis raíces, campo pegujalero de mi sangre, árbol de luz y fruto de mi llanto. Y me callo, falto y sin verbo adecuado para rezarlo, hermanos.
Ramón de Garciasol