A la gente le gusta creer en cuentos de hadas.
Natalie Portman
Es inútil decir que no deberíamos querer la seguridad. Hemos de descubrir que no existe la seguridad, que buscarla es doloroso y que cuando imaginamos haberla encontrado, no nos gusta. Lo principal es comprender que no hay ninguna seguridad.
Alan Watts
Niñez: Período de la vida humana intermedio entre la idiotez de la primera infancia y la locura de la juventud, a dos pasos del pecado de la adultez, y a tres del remordimiento de la ancianidad.
Ambrose Bierce
Fenómenos inexplicables acaecerán en la atmósfera y la Tierra en el final de finales. La ciencia se encontrará corta y pequeña. Ante ellos callará en reservas. El hombre más dúctil comprenderá que es allegado el grande instante de la advertencia, pero aguardará en confianzas. Voces de orantes gritarán: Es ya el Cataclismo, llega ya el fuego de los cien fuegos. Orad.
Benjamín Solari Parravicini
Un perro cobarde ladra más de lo que muerde.
Curcio
La bestia ya se había convertido en carroña. Estaba muerto, rígido y helado, y no se podía hacer nada por él.
Emily Brontë
¡Quieren ser libres y no saben ser justos!
Emmanuel Joseph Sieyès
Esta será mi venganza: Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso y leas estas líneas que el autor escribió para ti y tú no lo sepas.
Ernesto Cardenal
Lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis y, cuando se han curado de la indisposición, se encuentran con que se han casado.
Groucho Marx
Decídete y serás libre.
Henry Wadsworth Longfellow
Sólo hay un camino para llegar, y mil para desviarse.
Jean de la Bruyere
Los hombres son como los pedos, te los tiras cuando quieres y punto pelota.
Megan Maxwell
La gente sólo da valor a algo cuando se les da la oportunidad de dudar si conseguirán o no lo que desean.
Paulo Coelho
Yo creo que llevo unos veinte años odiando y amando la televisión. Las épocas de nuestra vida se pueden fijar en el recuerdo en función de la programación.
Roger Wolfe
¿Quieres pelear?
Ryan Gosling
Hay una divinidad que forja nuestros fines, por mucho que queramos alterarlos.
William Shakespeare