No se puede expulsar la oscuridad de una habitación a patadas, simplemente habrá que abrir las ventanas para dejar que entre la luz.
Natalia Gómez Del Pozuelo
Dios no tiene que hablar para que podamos descubrir, en forma definitiva, signos de su voluntad; es suficiente para examinar el curso normal de la naturaleza y la consecuente tendencia de los acontecimientos.
Alexis de Tocqueville
Tranquila mi vida, he roto con el pasado, con mil caricias para decirte, que siete vidas tiene un gato, seis vidas ya he quemado, y la última la quiero vivir, a tu lado.
Antonio Flores
He temido siempre indignar a la razón, pero nunca a los hombres.
Conde de Mirabeau
Banqueros, unos ladrones sin palanca y de día.
Evaristo Páramos
La amabilidad lo es todo en la vida.
Isaac Bashevis Singer
Tal vez sea ése el castigo reservado a los duros de corazón: comprenderlo todo cuando ya nada se puede hacer.
Khaled Hosseini
El vivir no admite bromas. Has de vivir con toda seriedad, como una ardilla, por ejemplo; es decir, sin esperar nada fuera y más allá del vivir; es decir, toda tu tarea se resume en una palabra: Vivir.
Nazim Hikmet
La fatalidad de los buenos propósitos es que siempre llegan tarde.
Oscar Wilde
La violencia, por si sola, no resolvió nunca nada: es cosa adjetiva. En España es esencialmente reaccionaria, lo mismo si la ejercen los gobiernos que si la practica el anarquismo. La fórmula salvadora es libertad y justicia. No hay otra.
Pablo Iglesias Posse
No sirve de mucho decir ideología dominante, pues es un pleonasmo: la ideología no es otra cosa que la idea en tanto que domina. Pero yo puedo enriquecerlo subjetivamente y decir: ideología arrogante.
Roland Barthes
Son muy pocas las personas cuyas palabras concuerdan con su existencia.
Sándor Márai
La verdad, en todas sus partes lo es.
Séneca
El tiempo es fugaz, y más fugaz aun la suerte. El que cobardemente deja escapar la felicidad de un día, no volverá a alcanzarla aunque vaya en alas del rayo.
Theodor Körner
Opino con los romanos de antaño que el general de hoy debe ser manaña, si es necesario, soldado raso.
Thomas Jefferson
Durante el período de carencia, el adicto es extremadamente consciente de su entorno. Las impresiones sensitivas se intensifican hasta llegar a convertirse en alucinaciones. Los objetos familiares parecen agitarse con una vida furtiva y temblorosa.
William Burroughs