Todo hombre es lo que es por los pensamientos dominantes que permite que ocupen su mente.
Napoleon Hill
Cuánto placer se obtiene del conocimiento inútil.
Bertrand Russell
Aunque todo el mundo te odiase, mientras tu conciencia estuviese tranquila, nunca, créelo, te faltarían amigos.
Charlotte Brontë
Consejo: nunca dejen que cosas sin sentido o cosas que no se pueden arreglar les ocupen porcentaje de materia gris.
Cielo Latini
Cuando eres joven estás lleno de posibilidades; cuando eres mayor estás lleno de realidades.
Enrique Rojas
Mamá es una emprendedora. Invierte cada día en nosotros. No invierte dinero, sino tiempo, horas, segundos. Vida.
Giacomo Mazzariol
Atreveos a hacer cosas que otro tan sólo se atrevería a rozar durante muchos años, aprended a tomarles el pulso y, con mirada audaz y fogosa, oprimidles sus estrechas caderas para ver qué bien apretado tienen el corsé.
Goethe
Ningún conocimiento humano puede ir más allá de su experiencia.
John Locke
No hay placer que no tenga por límites el dolor; que con ser el día la cosa más hermosa y agradable tiene por fin la noche.
Lope de Vega
Un gobierno de Schiaretti sería menos de lo mismo.
Luis Juez
La pobreza impulsa el anhelo de cambio, de acción, de revolución. En una hoja de papel, desnuda, se pueden escribir las palabras más nuevas y hermosas y pintar los cuadros más originales y bellos.
Mao Zedong
Pienso que tomar y consumir drogas son muy importantes.
Mike Dirnt
Perdono a quien comete un error. Y le corto la cabeza a quien comete dos veces el mismo error.
Morris West
Los unicornios son inmortales. Su naturaleza exige que vivan solos en un único lugar, por lo general un bosque donde haya un estanque de agua lo bastante clara como para mirarse en ella; pues son un poco vanidosos y saben perfectamente que son los seres más bellos del mundo... Y mágicos, además.
Peter S. Beagle
Se sentó la niña junto a un río taciturna y sus lágrimas hicieron que fuese profundo.
Robert Herrick
Ahora disfrutaba el presente, no deseaba encontrarse en otro sitio. Vivía el presente por completo y transmitía ese gozo a las personas que estaban a su alrededor. El hombre sonrió, igual que el anciano solía sonreír. Ahora sabía. Ahora podía elegir entre ser feliz ese instante o soñar con la felicidad y esperar a que ésta llegara...
Spencer Johnson