El ejemplo de Estados Unidos es absurdo; si los Estados Unidos estuvieran en el centro de Europa, no resistirían más de dos años a la presión de las monarquías.
Napoleón Bonaparte
Siempre hubo en mí, al menos, dos mujeres una mujer desesperada y perpleja que siente que se está ahogando y otra que salta a la acción, como si fuera un escenario, disimulando sus verdaderas emociones porque ellas son la debilidad, la impotencia, la desesperación y presenta al mundo sólo una sonrisa, ímpetu, curiosidad, entusiasmo, interés.
Anaïs Nin
El Don más grande que podemos hacer a otros no es compartir con ellos nuestra riqueza, sino hacerles descubrir la propia.
Benjamin Disraeli
Chloé se había puesto las medias, finas como humo de incienso, del mismo color que su clara piel, y los zapatos de tacón alto de piel blanca. El resto de su cuerpo estaba completamente desnudo, a excepción de una pesada pulsera de oro azul, que hacía parecer aún más frágil su delicada muñeca. ¿Crees que debo vestirme?
Boris Vian
-Sobre Bridlington, Yorkshire del Este- Puedo llevar lienzos enormes, nunca me encuentro con nadie. Puedo pintar con total tranquilidad. Disfruto mucho de este pequeño rincón de Inglaterra.
David Hockney
Un hombre viejo no es más que una voz y una sombra.
Eurípides
No puedo oír tu voz, pero en lo hondo de mi corazón, en su guarida, oigo tus pasos.
Juan Gelman
La claridad en el entendimiento de nuestras acciones nos permite descifrar cómo creamos nosotros mismos las causas y las condiciones tanto para el sufrimiento como para la felicidad.
Kalama Sadak
La amada no es la que está lejos: la amada es la lejanía.
Karl Kraus
Fe es la fuerza de la vida.
León Tolstói
Es horrible verse morir sin dejar hijos.
Marlene Dietrich
La barriga se sacia rápido, el espíritu no se sacia nunca.
Paco de Lucía
El valor de la Biblia supera al de todos los libros que se hayan impreso.
Patrick Henry
El público americano es lo mismo que cualquier otro, solo que son un poco más aburridos.
Sid Vicious
Debemos amar a nuestro país aunque nos trate injustamente.
Voltaire
El hombre sin espíritu musical y que no se conmueve con la armonía de dulces sonidos, es capaz de todas las traiciones, insidias y latrocinios.
William Shakespeare