Sólo Dios sabe cuándo podremos encontrarnos de nuevo. Estoy triste y alegre a la vez, Hamida. Estoy triste porque no te veré, y contento porque el largo camino que voy a emprender es el único que puede llevarme hasta ti. Mi corazón se quedará aquí, en el callejón, de eso puedes estar segura.