Pero el día en que el último de ellos se te vaya a vivir al País de los Trastos Viejos y te abandone aquí. Yo sí, yo seguiré sirviéndote... lo que me quede de vida Tu Nuevo Humidificador.
Nacho Vegas
Si tu intención es describir la verdad, hazlo con sencillez y la elegancia déjasela al sastre.
Albert Einstein
Si creemos que conocemos a los demás, nos equivocamos. Nos ceñimos a una imagen del otro que conocíamos antes. Una imagen de cómo era hace cinco años o la semana pasada. O esta mañana. Pero siempre es una imagen antigua.
Barbara Berckhan
Aún más, ellos dicen (los filósofos) que Dios no puede jamás ser demostrado a priori, ya que él no tiene ninguna causa, sino tan sólo con probabilidad o a través de sus efectos.
Baruch Spinoza
... todos aquellos cuya genealogía no se remontaba a Aarón eran tenidos por profanos.
Dichoso aquél que recuerda con agrado a sus antepasados, que gustosamente habla de sus acciones y de su grandeza y que serenamente se alegra viéndose al final de tan hermosa fila.
Goethe
Desviamos la mirada de nuestra soledad, de nosotros mismos, y no soportamos ni a los otros ni a nosotros mismos, y los otros tampoco nos soportan.
Herta Müller
La única técnica que merece la pena dominar es la que uno mismo inventa.
Jean Cocteau
Aunque todo lo demás falle, siempre podemos asegurarnos la inmortalidad cometiendo algún error espectacular.
John Kenneth Galbraith
Hay algo inexplicable que agita mi alma y que no logro comprender.
Mary Shelley
Es importante que el pueblo de París no se crea que es la nación.
Napoleón Bonaparte
La libertad, para realizarse, debe bajar a la tierra y encarnar entre los hombres. No le hacen falta alas sino raíces.
Octavio Paz
La filosofía no puede contribuir a nuestra felicidad más que disminuyendo nuestras miserias.
Oliver Goldsmith
Nadie puede manipular a nadie. En una relación, ambos saben lo que hacen, aunque uno de ellos vaya después a quejarse de que ha sido utilizado.
Paulo Coelho
No coloques el puchero en el fuego si el ciervo aún corre en el bosque.
Proverbio Chino
El engaño y la astucia sólo son propios de los débiles.
Séneca