Es difícil ser humilde, cuando uno es tan grande como yo.
Muhammad Ali
La famosa Résistance francesa, nunca existió, eran todos nazis.
Eduardo García Serrano
En el Real Madrid tienen que jugar varios de los mejores jugadores del mundo, incluidos los españoles y hay que potenciar la cantera.
Florentino Pérez
Nadie sabe tanto malo de nosotros cuanto nosotros mismos; y, sin embargo, nadie piensa tan bien como nosotros.
Franz von Schönthan
El único camino es avanzar.
Helena Bonham Carter
El alma humana es un harpa silenciosa en el coro de Dios; un harpa cuyas cuerdas sólo necesitan ser agitadas por el aliento divino para dar un sonido acorde con las armonías de la creación.
Henry David Thoreau
No percibimos las cosas sino sus relaciones. Nada ni nadie existe separado. Yo mismo soy una relación en perpetuo cambio.
Hugh Prather
Ya sabéis el modo de ser libres; a vosotros toca señalar el de ser felices...
Iturbide
Engañar a un hombre no es nada, pero la mujer que logra engañar a otra mujer, en verdad que debe poseer excelentes disposiciones.
John Gay
La Ceda y los radicales cumplen fielmente el mandato de sus amos, de los capitalistas y terratenientes. Tienen el encargo de reprimir a sangre y fuego el movimiento revolucionario, y no repararan en medios. Esa es su triste misión.
José Díaz Ramos
Hay un aire de muerte, una idea de la mortalidad en la mentira que es de forma precisa lo que más odio y detesto en el mundo, lo que más me gustaría olvidar.
Joseph Conrad
Yo fui al que amaste y ahora yo soy al que odias.
Kase.O
Mejor nunca significa mejor para todos.
Margaret Atwood
Los hombres son impotentes para asegurar el futuro; sólo las instituciones fijan el destino de las naciones.
Marlene Dietrich
Los niños son felices jugando o sin hacer nada. Un adulto discriminante, por el contrarío, decide qué le hará feliz y cuando se dan estas condiciones está satisfecho.
Masanobu Fukuoka
Penetrar con el espíritu en el ser de una mujer es un arte; pero saber salir a tiempo es una obra maestra, a pesar de que este acto depende siempre del primero.
Søren Kierkegaard