Frase de Muhammad Ali

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Vi una película de terror, Baron Blood, que de verdad me asustó. Comparado con eso, ganarle a Foreman en Kinshasa fue sólo otro día en... - Muhammad Ali

Vi una película de terror, Baron Blood, que de verdad me asustó. Comparado con eso, ganarle a Foreman en Kinshasa fue sólo otro día en el gimnasio.

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Lo que había comprendido, con absoluta certeza, era que vivir sin él iba a ser, para siempre, su ocupación fundamental, y que, a partir de ese momento, para ella las cosas tendrían en cada ocasión una sombra, una sombra más, hasta en la oscuridad, o tal vez sobre todo en la oscuridad.

Alessandro Baricco

No tengo más enemigos que los del Estado.

Cardenal Richelieu

La muerte antes que pecar.

Domingo Savio

El mejor profeta es aquel que mejor calcula.

Eurípides

La libertad es siempre peligrosa; pero es asimismo nuestra garantía más segura.

Harry Emerson Fosdick

El suicidio no es abominable porque Dios lo prohíba; Dios lo prohíbe porque es abominable.

Immanuel Kant

Una constitución democrática que no se apoye sobre instituciones democráticas en sus detalles, sino que se limite al gobierno central, no sólo no es libertad política, sino que con frecuencia crea un espíritu que es precisamente el opuesto, llevando hasta las capas más bajas de la sociedad el deseo y la ambición de dominio político.

John Stuart Mill

Estamos unidos por la sangre, y la sangre es memoria sin lenguaje.

Joyce Carol Oates

Supe desde la primera vez que escuche a Elvis que eso era lo que quería hacer. Y una vez que decidiste ser el mejor rockero del mundo vas para adelante y probas.

Keith Richards

Nunca llames piva a una mujer.

Margot Robbie

El anarquismo ofrecía una mezcla de misticismo y criminalidad un poco rara.

Pío Baroja

La sociedad nace cuando el hombre encuantra compañera.

Ralph Waldo Emerson

Si quieres la paz, prepárate para la guerra.

Vegecio

Pero yo tengo cierta confianza, porque el corazón justo y fuerte de las mujeres es siempre piadoso con la debilidad y la ignorancia del hombre.

Vicente Blasco Ibáñez

Una de las cosas más tristes es que lo único que un hombre puede hacer durante ocho horas, día tras día, es trabajar. No se puede comer ocho horas, ni beber ocho horas diarias, ni hacer el amor ocho horas... lo único que se puede hacer durante ocho horas es trabajar. Y esa es la razón de que el hombre se haga tan desdichado e infeliz a sí mismo y a todos los demás.

William Faulkner