Un hombre deja de tener miedo cuando ha tomado su partido de la muerte y de su propio destino.
Morris West
Medir las palabras no es necesariamente endulzar su expresión, sino haber previsto y aceptado las consecuencias de ellas.
Abraham Lincoln
¿Es la prisa la pasión de los necios?
Blaise Pascal
La muerte espera al más valiente, al más rico, al más bello. Pero los iguala al más cobarde, al más pobre, al más feo, no en el simple hecho de morir, ni siquiera en la conciencia de la muerte, sino en la ignorancia de la muerte. Sabemos que un día vendrá, pero nunca sabemos lo que es.
Carlos Fuentes
No, no puedes. Tu Dios no puede ayudarme y las confesiones tampoco. Sé que tu intención es buena, pero no hay nada que puedas hacer.
César García Muñoz
No vinimos a este mundo para ver pasar las liebres.
Doménico Cieri Estrada
El amor es como un hoyo; crece a merced de grandes trabajos, termina con el último esfuerzo, y para que quede tal como estaba, necesita que se le eche mucha tierra encima.
Enrique Jardiel Poncela
Dame la ternura desde el sueño, dame ese cucurucho de sorbete que tenéis en la sonrisa, dame esa lenta caricia de tu mano. Yo te daré pájaros que cantaran tu nombre desde lo más alto de los arboles.
Gioconda Belli
La diversión puede ser el postre de nuestras vidas, pero nunca su plata principal.
Harold Kushner
El ha sido una gran influencia en mi carrera y la de la mayoría de directores de animación en todo el mundo.
John Lasseter
El peor de todos es un cadalso; la espada es el arma de quien no tiene razón, es el recurso común de la ignorancia y de la estupidez; hace prosélitos, inflama el celo y no convence jamás.
Marqués de Sade
Por cierto... si hablando con usted me convierto en marica, le mataré.
Robert De Niro
Hay mujeres que son alocadas y hay mujeres de talento: ninguna tiene esa locura del talento que se llama genio.
Simone de Beauvoir
Todos estamos aquí por casualidad; ríe todo lo que puedas.
Will Rogers
El pasado no está muerto, vive en nosotros, y estará vivo en el futuro que estamos ayudando a hacer.
William Morris
Hay mosquitos - dijo ella de pronto, y se puso de pie y sacudió las faldas de su kimono. En la solitaria quietud del bosque ni uno ni el otro tenían algo que decir.
Yasunari Kawabata