Siempre he observado que para triunfar en la vida hay que ser entendido, pero aparecer como tonto.
Montesquieu
Frank Sinatra tenía algo en su voz que solo he oído en otras dos personas: Judy Garland y María Callas. Una calidad que me lleva a desear llorar de felicidad, como un atardecer hermoso o un coro de niños cantando villancicos.
Ava Gardner
El amor me ha cambiado.
Avril Lavigne
Uno siempre espera grandes aventuras, grandes intensidades existenciales, y cuando mira hacia atrás se da cuenta de que en realidad no pasó nada. La literatura es un modo de transformar esa nada en algo.
César Aira
Toda la Tierra está al alcance del sabio, ya que la patria de un alma excelente es el Universo.
Demócrito
Haber sentido demasiado es terminar en no sentir nada.
Dorothy Thompson
Puede que no haya ido a donde quería ir, pero creo que he terminado donde tenía que estar.
Douglas Adams
En los libros podemos refugiar nuestros sueños para que no se mueran de frío.
Fernando Fernán Gómez
Jenson Button es un playboy. Es el peor compañero de equipo que se puede tener.
Jacques Villeneuve
Los muros que nos construimos alrededor para no dejar pasar la tristeza, tampoco dejan pasar la alegría. No se puede triunfar solo.
Jim Rohn
El régimen iraquí tiene armas de destrucción masiva.
José María Aznar
Poco a poco nos acostumbramos a oír y a ver, a través de los medios de comunicación, la crónica negra de la sociedad contemporánea, presentada casi con un perverso regocijo, y también nos acostumbramos y convivimos con la violencia que mata, que destruye familias, aviva guerras y conflictos.
Papa Francisco
Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.
Samuel Johnson
Todo el que no abandona la senda de la medianía no corre jamás por el camino estable.
Séneca
Mantened la paz, enriqueced a los soldados y burláos del resto.
Septimio Severo
Vale más tener un modesto origen y vivir satisfecho entre los humildes, que pavonearse en un enojo espléndido y revestir una tristeza de oro.
William Shakespeare