Sobre un trineo sin luz a la caída del día en la llanura nevada.
Mitsuhashi Takajo
En el pecho de Hitler, en el lugar donde debía existir un corazón, había solo un hueco.
Albert Speer
La primera y la más simple emoción que descubrimos en la mente humana es la curiosidad.
Edmund Burke
Alentáos y reunid por un instante vuestros esfuerzos a los nuestros; en un instante de vigor y de actividad vais a recobrar el don más precioso del cielo, que sólo la seducción, la intriga y la perfídia pudieron arrebataros.
Francisco de Paula Santander
Sé como se siente ahora mismo. Yo tuve la misma experiencia con Sony Music en el pasado y para ser una persona como michael que gastaba al rededor de 5 millones diarios en su mansion tendria que trabajar arduamente para generalos y el lo hacia. Shakira, Britney, ahora son sus prioridades. Eso no es bueno, pero qué puedes hacer?
George Michael
Cuando el hombre no mira a la Naturaleza, siempre cree que puede mejorarla.
John Ruskin
Sólo somos animales. Vivimos tratando de ser menos solitarios. Uno de los métodos antiguos es contar una historia que comienza con algo como Esa es la forma que es, o por lo menos, la que pienso que es. Usted no está tan solo como piensa.
John Steinbeck
El pueblo es superior a sus dirigentes.
Jorge Eliécer Gaitán
¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
Juan Ramón Jiménez
Me siento insaciado pero con ganas de vivir.
Kurt Cobain
Un número infinito de monos tecleando en GNU emacs nunca escribirían un buen programa.
Linus Torvalds
Aceptar la responsabilidad por los errores que hemos cometido, expiarlos, y tratar de reparar el daño causado, exige un gran esfuerzo. Pero es el esfuerzo que Dios quiere que hagamos.
Marianne Williamson
Dios lo ama tal como usted es. Si piensa que su amor por usted sería más fuerte si su fe lo fuera, se equivoca. Si piensa que su amor sería más profundo si sus pensamientos lo fueran, se equivoca de nuevo. No confunda el amor de Dios con el cariño de la gente.
Max Lucado
Insegura es la precipitación.
Periandro
Las siete. A las siete me comunicaron que estaba en el hospital. Corrí allí, pero el hospital ya estaba acordonado por la milicia; no dejaban pasar a nadie. Sólo entraban las ambulancias. Los milicianos gritaban: los coches están contaminados, no os acerquéis. No sólo yo, todas las mujeres vinieron, todas cuyos maridos estuvieron aquella noche en la central.
Svetlana Alexijevich
Sé lo que es correcto, lo sé sin lugar a dudas.
Veronica Roth