Algún día el yunque, cansado de ser yunque, pasará a ser martillo.
Mijaíl Bakunin
Por cada hombre libre que cae nacen diez esclavos y el porvenir se ensombrece un poco más.
Albert Camus
Aquel entre los héroes es contado que el premio mereció, no quien lo alcanza por vanas consecuencias del estado.
Andrés Fernández de Andrada
No existe la guerra inevitable. Si llega, es por fallo del hombre.
Andrew Bonar Law
La religión, entiendo yo, es el ropaje magnífico con que visten la nada para que no nos horrorice...
Benito Pérez Galdós
Nada es malo de forma absoluta, sino con respecto a alguna otra cosa.
Giordano Bruno
Comer y beber mantienen el alma y el cuerpo juntos.
Heinrich Böll
Para que pueda surgir lo posible es preciso intentar una y otra vez lo imposible.
Hermann Hesse
Siempre he mantenido que lo único que están para defender lo bueno, lo verdadero y lo bello. Tenemos que rechazar lo que es feo.
Imelda Marcos
Cuando cree en si mismo, es libre para enfocarse en mejorar y alcanzar su potencial.
John Maxwell
Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros.
Jorge Luis Borges
No se ocupen los varones en oficios que puedan las mujeres ejercer; que un barbón que ser pudiera soldado o labrador, no es bien que venda hilo y seda sentado en una tienda.
Juan Ruiz de Alarcón
Usted aprende y usa lo aprendido para volverse lentamente sabio para saber que al fin el mundo es esto en su mejor momento una nostalgia en su peor momento un desamparo y siempre siempre un lío... entonces usted muere.
Mario Benedetti
El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.
Teresa de Calcuta
No le hice mal a nadie. Habría que ver cuáles son las malas palabras. Hay otras peores que las que digo yo: como hambre, guerra, enfermedad.
Tita Merello
Yo procuraré siempre ser una buena mujer para ti, con lo cual quiero decir todo lo que en mí quepa de útil para ti, para ayudarte a ser valiente, para no ser una carga y para empujarte siempre para arriba en todo lo que alcancen nuestras almas. Quiero que te refugies en mí contra toda desilusión y contra lo mediocre y mezquino de la vida. Quisiera poder siempre tener brillante esa alma de tu ex libris. Juanito mío, ¿Seré todo lo que quiero ser para ti? Y tú por tu lado, te ruego, no tengas celos. Es una cosa que siento que me rebaja.
Zenobia Camprubí Aymar