La mujer sin el hombre apagada va. Apagado va el hombre sin luz de mujer.
Miguel Hernández
La duda es la madre del descubrimiento.
Ambrose Bierce
Alguna vez en la vida volveré por esa senda, haciendo el mismo camino entre tu rancho y la acequia.
Atahualpa Yupanqui
Rico el país de nuevos ricos, mirando siempre en menos a nuestros vecinos porque somos los ingleses de sudamerica...
Claudio Narea
En gran cuita et peligro vive quien recela que sus consejeros querrán más su pro que la suya.
Don Juan Manuel
No hay cosa que cause más daño que pasar por inteligente la gente astuta.
Francis Bacon
Qué me importa a mí el deplorable parloteo de las caóticas y planas cabezas norteamericanas.
Friedrich Nietzsche
El hombre es el artífice de su propia felicidad.
Henry David Thoreau
La envidia es un buitre que se alimenta de sus propias entrañas.
Ignacio Manuel Altamirano
Soy un hombre diferente ahora, Watson. Es una ciudad diferente. Londres siempre es una ciudad diferente.
Jonny Lee Miller
Cuando uno soporta sufrimientos propios no tiene necesidad de adjudicarse dolores ajenos.
Mario Benedetti
¿Qué representó para usted el cálculo de sus probabilidades de victoria en el Torneo de Portoroz? Para mí, el tablero de ajedrez es un campo de batalla y no los libros de un contador.
Mijaíl Tal
El oro se prueba por medio del fuego, la mujer por el oro, y el hombre por la mujer.
Quilón de Esparta
Era una vida bestial la de esa gente. Vea... Del campo me acuerdo el amanecer, las primeras horas después de almorzar y del anochecer. Son tres terribles momentos de ese campo nuestro, que tiene una línea de ferrocarril cruzándolo, hombres con bombachas parados frente a un almacén de ladrillos colorados y automóviles Ford haciendo línea a lo largo de la fachada de una Cooperativa.
Roberto Arlt
La cena era picadillo de cordero y pan con mantequilla; como podrán imaginar, con el hambre que tenía enseguida di buena cuenta del refrigerio. Mientras comía, se oyeron las lentas campanadas del reloj que yo había oído antes, dando las nueve y media.
Sarah Waters
Es, más bien, una costumbre tan antigua como el Estado romano mismo. El primero que fue canonizado en Roma fue Rómulo.
Thomas Hobbes