¿Cuántas veces de un error siempre se empieza?
Miguel de Cervantes
Seamos sabios como el silencio, fuertes como el viento y útiles como la luz.
Abdu'l-Bahá
No te muevas por gusto, sino por convicción. La convicción no es un rito que se defiende a rajatabla, sino que es una verdad divina que se ha hecho raíz en tu vida.
Bernardo Stamateas
Todos rompimos el fruto de la vida, y estamos viviendo en pecado.
Bob Marley
Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte.
Camilo José Cela
Se es más esclavo de los débiles que de los fuertes.
Enrique Jardiel Poncela
¡No digas no puedo ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio, y te lo recordará cada vez que lo intentes!
Facundo Cabral
La poesia: La poesía hay que hacerla en prosa. El verso no tiene razón de ser desde que se inventó la escritura, o sea un poquito después de Homero.
Fernando Vallejo
Las casas del pueblo son limpias. Las amas de casa limpian, friegan, barren y cepillan el día entero, lo que en el pueblo se llama ser casero y económico.
Herta Müller
La mujer que ama tiernamente a su marido se ve, en el fondo, contenta de que su marido sufra un poco más. Es una ocasión de demostrarle que necesita de ella.
Jacques Normand
Si puedo darle a mi vida alguna esperanza, entonces lo haré.
Jim Sturgess
... el príncipe debe lograr que los principados vecinos deseen hacerle bien y teman causarle daño...
Nicolás Maquiavelo
Nada hace más honor a una mujer que su paciencia, y nada la honra menos que la paciencia del marido.
Petrus Jacobus Joubert
Podríamos decir que cuando me teñí el pelo de azul estaba pensando en otras cosas, y dos copas de vino tinto no mejoraban mi concentración.
Rabih Alameddine
Lo que ningún ojo humano es capaz de atrapar, lo que ningún lápiz, pincel o pluma es capaz de fijar, tu cámara lo atrapa sin saber qué es y lo fija con la escrupulosa indiferencia de una máquina.
Robert Bresson
En el altar de tu reja digo una misa de amor, tú eres la virgen divina y el sacerdote soy yo.
Salvador Rueda