La pereza... jamás llegó al término que pide un buen deseo.
Miguel de Cervantes
Su presidente no me gusta, tampoco me gusta los de otros sitios, y el mío tampoco me parece que lo haya hecho muy bien.
Alejandro Sanz
No soy muy elocuente.
David Bowie
La perpetua búsqueda de la seguridad parece solo haber engendrado una inseguridad crónica.
David Held
Para mí, la libertad es que el Rey no tenga más derechos que yo.
Eduardo Punset
El buen humor es, en la mayoría de las personas alegres, el feliz y satisfactorio resultado de una tenaz disciplina.
Edwin Percy Whipple
Las piezas blancas y negras parecían representar divisiones maniquíes entre la luz y la oscuridad, el bien y el mal, en el mismo espíritu del hombre.
Garri Kaspárov
En el alma del hombre hay una chispa que, si no recibe alimento ni es avivada, queda cubierta por las cenizas de las ocupaciones cotidianas y la indiferencia, a pesar de que tarda mucho en extinguirse o no lo hace casi nunca.
Goethe
(Ante la pregunta de un estudiante de la Universidad de Princeton, EE.UU., sobre qué haría Israel si Arafat reconociese al Estado de Israel): Hay un dicho en ídish que dice, si mi abuela hubiese tenido ruedas, hubiese sido una carroza.
Golda Meir
Solicita con fines poco serios señora aficionada al adulterio.
Joaquín Sabina
Somos una familia, pero todos somos distintos.
Rami Malek
La esencia profunda de ese Estado, según el resumen del profesor Burdeau, es la colonización del Estado por la técnica, el despotismo de la técnica, que le dicta sus objetivos y saca los problemas del terreno de la política y de la lucha social para colocarlos únicamente en el aséptico, aclasista y funcional de los dictados del desarrollo tecnológico.
Santiago Carrillo
Así que Mashburn dice que me puede frenar... Él y cuatro más ¿no?
Shaquille O'Neal
El pensamiento no va a superar el miedo, sino la voluntad de acción.
William Clement Stone
Muchísimo es mi número favorito.
Woody Allen
Sospecho que uno de los activos fundamentales del capitalismo se deriva del hecho de que la imaginación de los economistas, incluyendo a sus críticos, está muy por detrás de su propia inventiva, la arbitrariedad de su empresa y la crueldad de la manera en que procede.
Zygmunt Bauman