Ambición es, pero ambición generosa, la del que pretende mejorar su estado sin prejuicio de tercero.
Miguel de Cervantes
El despotismo puede gobernar sin la fe, pero la libertad no puede.
Alexis de Tocqueville
Para línea grosera, cuerito educador.
Alfonso Lanzagorta
No hay un boom que no tenga su crisis subsiguiente, ni crisis sin boom previo.
André Kostolany
La variedad es la madre del placer.
Benjamin Disraeli
Algunas veces debemos aceptar las verdades con humildad, tal vez seamos tan orgullosos que pensemos que se nos pide más de lo que realmente podemos dar.
Blanca Miosi
La moderación es siempre la táctica preferible.
Carlos I de España
Aunque en Wikinoticias queda mucho, y es mucho más pequeña que la Wikipedia, el potencial para la cobertura de noticias va mucho más allá de lo que Wikipedia está haciendo.
Erik Möller
Requemado por el sol y la violada, redondeada, iridiscente, gelatinosa y violada vejiga de una medusa flotando cerca del bote.
Ernest Hemingway
Entre dos corazones que laten el uno sobre el otro, median abismos, la nada, toda la vida y lo demás. Haga lo que haga, el alma no puede romper el cerco de su propia soledad; con ella va a todas partes y se siente como una hormiga en un desierto y perdida, absolutamente perdida.
Gustave Flaubert
No sabes lo que me duele lo que me estas contando de Esperanto.
Héctor Veira
A veces me siento un poco incómodo en no aceptar cualquier trabajo.
Josh Pais
El mensaje debería ser: premiemos lo que se obtiene merecidamente y con recursos lícitos.
Marcelo Bielsa
Todos los hombres virtuosos profesan la misma religión.
Ralph Waldo Emerson
El hecho de que la vida surgiese a partir de casi nada, apenas 10.000 millones de años después de que el universo surgiese a partir de literalmente la nada, es un hecho tan asombroso que estaría loco si intentase encontrar palabras que le hicieran justicia.
Richard Dawkins
Mil momentos pasan por mi cabeza, todas las veces que estos brazos fueron mi único refugio del mundo. Quizá no los apreciara como debía entonces, pero son recuerdos dulces que se irán para siempre.
Suzanne Collins