No hay joya en el mundo tan estimable como una mujer casta y virtuosa.
Miguel de Cervantes
Ama a los hombres y odia sus vicios.
Agustín de Hipona
Un flemático deja que le vengan las cosas y se alegra de que pasen de largo.
Anónimo
Nadie sabe ya lo que se sabe, aunque sepamos todos que lo que de todo hay quien sepa.
Antonio Machado
Yo me hice un poco como David Attenborough, un poco científica. Como... ¿Cómo te diría?... un poco excesivamente analítica, excesivamente racional. Porque necesitaba aferrarme a algo sólido.
Björk
La equivocación de muchos ladrones ante el público y la justicia, consiste en no haber robado lo bastante para ocultar su hurto.
Carlo Dossi
La buena suerte no es casual, es producto del trabajo; así la sonrisa de la fortuna tiene que ganarse a pulso.
Emily Dickinson
El que sabe aprovechar la ocasión, ése es el hombre oportuno.
Goethe
Con motivo de la jubilación forzoza del franquista antivasco Tomás Caballero Pastor y como celebración extraordinaria, solicito se me proporcione por demandadero:
Iñaki de Juana Chaos
Todo proceso histórico es, en el fondo, un proceso religioso. Sin descubrir el substratum religioso no se entiende nada. La presente situación del mundo es, ni más ni menos, la última consecuencia de la Reforma.
José Antonio Primo de Rivera
Si alguien no queda confundido por la física cuántica, es que no la ha entendido bien.
Niels Bohr
En efecto, un país se considera tanto más desarrollado cuanto más sabias y eficientes son las leyes que impiden al miserable ser demasiado miserable y al poderoso ser demasiado poderoso.
Primo Levi
La mente es la consciencia, que tiene limitaciones. Somos originalmente ilimitados y perfectos. Más tarde adquirimos limitaciones y nos convertimos en mente.
Ramana Maharshi
Razonamiento y juicio son las mejores cualidades de un dirigente.
Tácito
Mi sangre son las carreras, empujando al límite, viviendo en el filo.
Takuma Sato
Siempre queremos oír algo aún peor que lo que hay en nosotros. Esa es la única razón de que escuchemos, de que nos sintamos impulsados a conversar.
Thomas Bernhard