Yo no me encuentro a mí mismo donde me busco; me hallo más por sorpresa que por la inquisición de mi razonamiento.
Michel de Montaigne
El internet es la bestia que mató a las otras bestias de las editoriales, radios, diarios y tv. Si en el tiempo de Cesar Vallejo hubiese existido el internet lo hubiese tomado dos años nada más para hacer conocer toda su poesía por todo el mundo.
Alex Pimentel
Yo creía que el odio que sentía era mío, hasta que descubrí que procedía de los auriculares.
Andrés Rábago García
La más noble oración se logra cuando el orante se transforma, allá, en lo más íntimo, en aquello delante de lo cual se arrodilla.
Angelus Silesius
Creen que moverse es vivir. Y se mueven, no para vivir. Se mueven para creer que viven.
Antonio Porchia
Acércate y contempla las palabras. Cada una tiene mil rostros secretos bajo el rostro neutro y te pregunta, sin interés por la respuesta, pobre o terrible, que le dieras: ¿Trajiste la llave?
Carlos Drummond de Andrade
Hay que refugiarse en la filosofía si se quiere conocer a Dios.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
Era fantástico y también muy duro.
Haruki Murakami
Un cuadro de un museo es, posiblemente, el que tiene que escuchar más tonterías en todo el mundo.
Hermanos Goncourt
Déjame con mi enigma sin buscar mis profundidades, conténtate en comprender mis sentimientos con los secretos.
Nazik al Malaika
Sólo los grandes maestros del estilo logran ser oscuros.
Oscar Wilde
El arte no reproduce lo visible.
Paul Klee
Conserva en tu memoria durante el resto de tus días las cosas buenas que surgieron de las dificultades.
Paulo Coelho
Pensé en nuestro escudo, pensé en el huemul y el cóndor, pensé que entre las dos figuras tú estabas mucho más cerca de lo que nosotros somos - por eso te hice bajar a ti de la cordillera, te calcé ojotas, te puse sombrero de huaso, te hice vivir en el mundo de los humanos.
Pepo
No hay palabra dicha que se pueda regresar. No hay silencio cobarde que se deba respetar.
Roque Valero
Las cosas fabricadas han perdido la noble indiferencia por las esferas de la riqueza y la pobreza. Cada cosa hoy deja su impronta sobre su propietario, que no tiene ya otra elección que presentarse como un pobre diablo o, al contrario, como especulador.
Walter Benjamin