Prefiero ser inoportuno e indiscreto antes que adulador y taimado.
Michel de Montaigne
Con ánimo rebozante y alegre entreguémonos a nuestro trabajo, aun cuando éste parezca insuperable.
Adolfo Kolping
Pregúntenme lo quiera que hoy estoy cargado de tigre.
Álvaro Uribe Vélez
Gobemar con exceso es el mayor peligro para los gobiernos.
Conde de Mirabeau
¿Para qué merece la pena vivir si no es para las ilusiones de todo?
Daniel Glattauer
La persona que tiene mucha alegría es necesariamente buena: pero tal vez no sea la más lista, aunque consigue precisamente aquello que la más lista trata de conseguir con toda su listeza.
Friedrich Nietzsche
Después de mis lágrimas la plenitud de mi soplo blanco.
Hashimoto Takako
Olvidar es vivir, perdonar es querer y es mejor buscar la fe en el porvenir que andar penando por las huellas del ayer.
Homero Manzi
Duda siempre de ti mismo, hasta que los datos no dejen lugar a dudas.
Louis Pasteur
Cuando el amor es auténtico, las personas con equilibrio emocional saben que no pueden ni deben forzar las situaciones.
María Jesús Álava Reyes
El amor se establece desde el momento en que uno cede ante el otro o en que el otro cede ante el uno.
Miguel Delibes
Para compararse conmigo, Maradona tiene que pedirle permiso primero a Sócrates, Tostão, Rivelino, Zico y Romário, así como otros grandes jugadores brasileños, luego tiene que pedirle permiso a Di Stéfano y Moreno, dos grandes argentinos que fueron mejores que él.
Pelé
El universo no es sino un vasto símbolo de Dios.
Thomas Carlyle
El Alma se conoce por sus actos.
Tomás de Aquino
En sus cartas a Sand, Flaubert mantiene un credo que había formulado de este modo en una carta dirigida a otra amiga en 1857: La vida es tan espantosa que el único medio para poderla soportar es evitarla. Y se la evita viviendo en el Arte, en la búsqueda incesante de lo Verdadero que proporciona lo bello.
Tzvetan Todorov
Yo creo en un alma inmortal. La ciencia ha demostrado que nada se desintegra en la nada. La vida y el alma, por lo tanto, no puede desintegrarse en la nada, y por lo tanto son inmortales.
Wernher von Braun