Quien dice que juega al límite, es porque lo tiene.
Michael Jordan
A los sevillanos nos acusan de ombliguistas, pero es que Sevilla tiene un ombligo digno de ver.
Antonio Burgos
Pensad con sencillez y justicia, y hablad como pensáis.
Benjamin Franklin
¡Hay en ti más salsa de carne que carne de tumba, seas quien seas!
Charles Dickens
Una profesión es el espinazo de la vida.
Friedrich Nietzsche
El hombre piensa, aun cuando no tenga conciencia de ello.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
Queremos que el espíritu religioso, clave de los mejores arcos de nuestra Historia, sea respetado y amparado como merece, sin que por eso el Estado se inmiscuya en funciones que no le son propias ni comparta -como lo hacía, tal vez por otros intereses que los de la verdadera Religión- funciones que sí le corresponde realizar por sí mismo.
José Antonio Primo de Rivera
Aun cuando no hubiese arte, figuraría entre las realidades que puede contemplar el sujeto, el pensamiento de otro hombre.
Manuel Milá
La muerte es una tediosa experiencia; para los demás, sobre todo para los demás.
Mario Benedetti
De lo que más hablan los españoles es de dinero.
Miguel Delibes
Me gusta ser hombre, ser persona, porque sé que mi paso por el mundo no es algo predeterminado, preestablecido. Que mi destino no es un dato sino algo que necesita ser hecho y de cuya responsabilidad no puedo escapar.
Paulo Freire
¿Hay algo en el ambiente mexicano que tiende a estimular esta forma particular de arte? - Creo que pintaría de la misma forma en cualquier lugar del mundo, puesto que proviene de una manera particular de sentir.
Remedios Varo
Siempre fui enemigo de los grupos y las filas de gente. Me aferro a mi calidad humana, a mi propia personalidad, individual y definitiva. No es que sea antisocial. Nada de eso, lo repito. Pero el hombre adocenado, el hombre masa, me asquea.
René Rebetez
Nunca pensamos llegar hasta donde hemos llegado, pero aquí estamos.
Selena
En los bosques me espera la única persona con la que puedo ser yo misma: Gale.
Suzanne Collins
No hay que desposeer a los humanistas de su función de educadores..., no se les puede arrebatar, pues son los únicos depositarios de una tradición: la de la dignidad y belleza humana. En otras épocas, los humanistas reemplazaron a los sacerdotes que, en tiempos turbios y antihumanos, pudieron arrogarse la dirección de la juventud. Desde entonces, señores, no ha surgido otra clase de educador.
Thomas Mann