Al caer la noche se interrumpió el trabajo en las defensas, y con mi consiguiente perplejidad Rothgar celebró otro banquete de espléndidas proporciones. Toda aquella noche, según pude presenciar, Buliwyf y Herger y todos los otros guerreros bebieron copiosas cantidades de hidromiel y se divirtieron como si no tuvieran la menor preocupación en el mundo.