¿Sabe cómo llamamos a una opinión en ausencia de pruebas? Lo llamamos prejuicio.
Michael Crichton
Considero que mi cuerpo es un instrumento, no un adorno.
Alanis Morissette
El arte más importante del maestro es provocar la alegría en la acción creadora y el conocimiento.
Albert Einstein
Sólo decimos adiós con palabras, me morí cien veces, tú vuelves a ella y yo vuelvo al luto...
Amy Winehouse
El hecho de que aceptaras a mujeres en Carcavelos, advirtiendo que me acostaba con ellas y sin hablar de eso, sin hablar nunca de eso a pesar de que eso te angustiaba, irritada contigo porque eras incapaz de vislumbrar que era a ti a quien necesitaba, que estar con ellas era una forma de serte fiel, de gritarte - Te amo.
António Lobo Antunes
Nadie se ha atrevido a venderlibros en este rincón olvidado del mundo.
Bill Nighy
Es más hermoso saber algo de todo que saber todo de una cosa; esta universalidad es más bella. Si se pudiera tener las dos, mucho mejor; pero es preciso elegir.
Blaise Pascal
No dejo de pensar que podría haber cambiado nuestro destino solo con no tomar algunas tontas decisiones.
Elísabet Benavent
Realmente, la única cosa que tiene sentido es luchar por una mayor iluminación colectiva.
Elon Musk
Que droga dura es la soledad que no te deja sostener los ojos fijos en el televisor ni el mundo bajo tus pies.
Fito Páez
Jamás hallé compañera más sociable que la soledad.
Henry David Thoreau
Cuando te quedas en tu habitación y te encolerizas o adoptas una actitud de desdén o te encoges de hombros, como hice muchos años, el mundo y sus problemas te intimidan de manera extraordinaria.
Jonathan Franzen
Si quieres que la gente te escuche, no puedes limitarte a darles una palmadita en el hombro, hay que usar un mazo de hierro, sólo entonces se consigue una atención absoluta.
Kevin Spacey
Traición significa abandonar las propias filas e ir hacia lo desconocido.
Milan Kundera
Un entendimiento todo lógica es como un cuchillo de hoja sola, que hiera la mano de su dueño.
Rabindranath Tagore
Habrá seres humanos con minirrobots en el cerebro.
Raymond Kurzweil