Tenemos que ir más allá de nuestra propia existencia. No podemos pensar como individuos, sino como especie.
Michael Caine
Cada país tiene los profesionales de Bolsa que se merece.
André Kostolany
Y cuando vino la muerte, el viejo a su corazón preguntaba: ¿Tú eres sueño?¡Quién sabe si despertó!
Antonio Machado
Triste es el hombre en el que nada queda de niño.
Arturo Graf
El individualismo es la fe pública del capitalismo y, en la sociedad de masas, el esfuerzo de cada uno se apoya en las decenas o centenas de miles que hablan o intuyen el lenguaje de la superación, aportan su cuota de confianza y repiten, orgullosos, los proverbios antes escondidos en los almanaques y en la sabiduría de los viejos en los parques.
Carlos Monsiváis
No se acaban tus ojos; son los otros los ciegos.
Carmen Conde
La mente bloquea nuestros miedos existenciales y se centra en cuestiones que podamos afrontar, como llegar a tiempo al trabajo o pagar nuestros impuestos. Para sobrevivir, nos deshacemos de los miedos existenciales tan rápido como podemos, y dedicamos nuestra atención a tareas simples y trivialidades diarias.
Dan Brown
Construimos un colegio a la semana.
Francisco Camps
Todo cambia nada es.
Heráclito
Yo no quiero París con aguacero, ni Venecia sin ti.
Joaquín Sabina
En el miedo extremo no hay piedad.
Julio César
Aquel que hace cosas comprometidas es un sentimiento el que tiene.
León Gieco
Esto es algo imperativo para los guerreros; ignorar la maestría de las armas y la comprensión de las ventajas específicas de cada una de ellas sería indicar una falta de cultura de un miembro de una casa guerrera.
Miyamoto Musashi
A cualquier persona que tenga demasiado apego por las cosas materiales o por el espejo, a quien le gusta el dinero, los banquetes exuberantes, las mansiones suntuosas, los trajes refinados, los autos de lujo, le aconsejaría que se fije qué está pasando en su corazón y rece para que Dios lo libere de estas ataduras.
Papa Francisco
¡Zapatero me provoca orgasmos democráticos!
Pedro Zerolo
Lo que has de decir, antes de decirlo a otro, dítelo a ti mismo.
Séneca