Para quien no se siente obligado a limitar su búsqueda a causas no inteligentes, la conclusión más lógica es que muchos de los sistemas bioquímicos fueron diseñados. No los diseñaron las leyes de la naturaleza, ni el azar y la necesidad, sino que fueron planeados. La vida en la Tierra en su nivel más fundamental, en sus componentes más básicos, es el producto de actividad inteligente.