La televisión la denostan quienes saben muy poco de ella.
Mercedes Milá
La nada es un infinito que nos envuelve: venimos de allá y allá nos volveremos. La nada es un absurdo y una certeza; no se puede concebir, y, sin embargo, es.
Anatole France
En la política es a veces como en la gramática: un error en el que todos incurren finalmente es reconocido como regla.
André Malraux
Portémonos con los amigos como querríamos que ellos se portaran con nosotros.
Aristóteles
Los que aman el dinero no lo regalan.
Arthur Miller
La tarea del educador moderno no es podar las selvas, sino regar los desiertos.
C. S. Lewis
Mi meta final sería lograr la abolición de la guerra. De igual modo que se logró acabar con la esclavitud, el siglo XXI debería ser el siglo en el que la guerra desaparezca y se dé paso a la diplomacia.
Cora Weiss
Ama de veras a su enemigo el que no se duele de la injuria que se le hace, sino que, por el amor de Dios, se requema por el pecado que hay en su alma. Y muéstrele su amor con obras.
Francisco de Asís
No se puede hacer la felicidad de muchos haciéndoles correr antes de que aprendan a caminar.
John Fowles
Y los gestos del amor, ese dulce museo, esa galería de figuras de humo.
Julio Cortázar
Es algo sabido que la vida no está predeterminada y que todas las historias son una cadena de casualidades.
Orhan Pamuk
Recuerda que todo hombre sabio teme tres cosas: la tormenta en el mar, una noche sin luna y la ira de un hombre amable.
Patrick Rothfuss
Nunca se sabe muy bien lo que es la estupidez hasta que hemos experimentado en nosotros mismos.
Paul Gauguin
El verdadero amigo está en tu caída antes de que tú toques el suelo: siempre.
Pedro Pantoja Santiago
...,¿llama justicia al hacer beneficios a los amigos y daños a los enemigos? Así lo creo. - Induce al error, esta cuestión planteada por Platón (En voz de Socr.) pretende la contradicción retórica, es una contradicción creada por Él, no debería figurar coma una frase suya, pues quien afirma así lo creo es el inducido al error en su retórica.
Platón
Ahora, más que la tarde anterior, no podía pensar en nadie con quien compararla a ella. Se había vuelto absoluta, más allá de toda comparación. Se había vuelto decisión y destino.
Yasunari Kawabata