El terror no es más que la justicia rápida, severa, inflexible.
Maximilien Robespierre
La finalidad de Hitler era en primer lugar mover a las masas y, luego, una vez apartadas las masas de sus fidelidades y su moral tradicionales, imponerles -con el hipnotizado consentimiento de la mayoría- un nuevo orden autoritario de propia creación personal.
Aldous Huxley
Soy una persona inteligente, ¿en qué diablos estaba pensando?
Britney Spears
El hecho de que sea irrepetible es lo que hace tan dulce la vida.
Emily Dickinson
Porque incluso las sombras tienen sombras.
Eyedea
Como empleado del establecimiento, no tienes derecho a una opinión individual.
Henrik Ibsen
Cuando un mono se mira al espejo, ve un mono. En eso son superiores a los humanos.
Jean Cocteau
Un francés está seguro de sí mismo, porque se ve a sí mismo terriblemente encantador, mental y físicamente, tanto para hombres como para mujeres.
León Tolstói
Devolver odio por odio multiplica el odio, añade una oscuridad más profunda a una noche ya desprovista de estrellas. La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad: sólo la luz puede hacer eso. El odio no puede expulsar al odio: sólo el amor puede hacer eso.
Martin Luther King
Un caballo dá estiércol y más caballos; un tractor sólo dá facturas.
Noah Gordon
El hombre y la mujer han nacido para amarse, pero no para vivir juntos. Los amantes célebres de la historia vivieron siempre separados.
Noel Clarasó
La cobardía es la excusa de los imbéciles.
Pierre Veber
Brazo y cerebro, no acierto a verlos escindidos. Donde se trabaja, se piensa.
Ricardo Mella
Bueno pero no se enoje.
Roberto Gómez Bolaños
El dolor físico es la señal de una perturbación del organismo, la presencia de una influencia nefasta para él mismo; nos abre los ojos sobre un peligro amenazante y nos previene por el sufrimiento que nos depara para que tomemos las medidas de defensa. Lo mismo ocurre con el dolor moral que causa la injusticia intencional, la arbitrariedad.
Rudolf von Jhering
No es saber, saber hacer discursos sutiles vanos; que el saber consiste sólo en elegir lo más sano.
Sor Juana Inés de la Cruz