Quien vive de la política hace de ello su vida en un sentido íntimo; o goza simplemente con el ejercicio del poder que posee.
Max Weber
La nobleza del plebeyo consiste en no avergonzarse del nombre de su padre.
Alphonse de Lamartine
Pintar es una apuesta.
André Masson
Por lo que a instituciones y leyes se refiere, no sé decir quién las pone en mayor peligro: si aquellos que observan rigurosamente todas sus formalidades, o bien los que no las observan lo bastante.
Arturo Graf
Nunca tuve intención de desmentir las falsedades que se han escrito sobre mí, ya que con eso lo único que haría es perder un tiempo maravilloso que necesito para mí misma.
Ava Gardner
Aparecerán volando las alturas círculos de luces, trayendo seres extraños de otros planetas. Sí, serán los que vinieron a poblar la Tierra se dirá, y se dirá bien. ¡Sí! Los que se llamaron ángeles en el Antiguo Testamento, o la voz de Jehová, serán y de nuevo se les verá y se les verá y se les escuchará
Benjamín Solari Parravicini
Es más fácil enfrentarse al dolor de la certidumbre que al de la espera de lo desconocido.
Camilla Läckberg
Que nuestros hijos vayan aprendiendo desde pequeños que los valoramos por su trabajo, aunque no siempre consigan el objetivo; que sus buenos resultados son fruto de su esfuerzo y no de unas capacidades innatas que les han tocado en suerte; que ante las dificultades es posible volverlo a intentar en vez de abandonar.
Carlos González
El cine español ha ayudado mucho a los orcos del Estado... perdón, a las arcas.
Dani Rovira
Seguid a los menos, y no al vulgo.
Francesco Petrarca
No me temblará la mano a la hora.
Francisco Franco
El primer cuidado del hombre debería ser evitar los reproches de su propio corazón.
Joseph Addison
No hay quien sitie la vida, no hay quien cerque la sangre cuando empuña sus alas y las clava en el aire.
Miguel Hernández
Date permiso para no ser perfecto. Nadie lo es y exigirse a sí mismo algo imposible resulta paralizante y antinatural.
Natalia Gómez Del Pozuelo
El libro es una criatura frágil. Sufre el paso del tiempo, el acoso de los roedores y las manos torpes, así que el bibliotecario protege los libros no sólo contra el género humano sino también contra la naturaleza, dedicando su vida a esta guerra contra las fuerzas del olvido.
Umberto Eco
Tus nietos recogerán los frutos.
Virgilio