La carrera del cristiano no es un trote por hacer ejercicios, sino una carrera exigente, agotadora, y algunas veces agonizante. Se requiere esfuerzo masivo para terminar con fuerza.
Max Lucado
Admiro mucho a la mujer. Me encanta su belleza, su delicadeza, su vivacidad, y su silencio.
Ben Jonson
Las primeras nociones de conciencia revolucionaria las tuve a finales de la enseñanza media... Me influyó la experiencia de Guatemala que tuvo un gobierno popular efímero por aquellos años.
Carlos Fonseca
La sociedad no puede en justicia prohibir el ejercicio honrado de sus facultades a la mitad del género humano.
Concepción Arenal
Si tienes una pistola apuntándote a la cabeza, sacas un arma mayor.
Gabriel Macht
Aunque la pornografía es gravemente peligrosa, también es cierto que no se conoce ni un solo caso de muerte provocada por la pornografía.
Jaume Perich
Los hombres no siempre aman lo que quieren; las mujeres no siempre quieren lo que aman.
Joseph Sanial-Dubay
Las mujeres son casos límites.
Karl Kraus
... en esencia, las ideas de los amigos del pueblo: como auténticos ideólogos de la pequeña burguesía, no quieren que se destruya la explotación, sino que se atenúe; no quieren la lucha, sino la conciliación.
Lenin
La arquitectura exalta algo. Por eso, allí donde no hay nada que exaltar, no puede haber arquitectura.
Ludwig Wittgenstein
Nací llorando y moriré sonriendo.
Nisargadatta
Sólo hay dos emociones en un avión: el aburrimiento y el terror.
Orson Welles
Obedece a un ruego mejor que a una orden.
Publilio Siro
Y las letras de tu nombre se trenzan con el mío cuando ya el sol no viene y nos descubre la noche.
Rocío Biedma
Todas las mujeres de edad avanzada que yo conozco pueden dividirse en tres clases: las ancianas amables, las mujeresancianas y las viejas brujas.
Samuel Taylor Coleridge
Siendo su verdadero interés la negación de la cosificación, el espíritu se desvanece cuando se consolida como un bien cultural y es distribuido con fines de consumo. El alud de informaciones minuciosas y de diversiones domesticadas corrompe y entontece al mismo tiempo.
Theodor Adorno