Cuando uno canta se abre a las emociones que le traspasan y a la vez se mantiene conectado a las notas que quiere alcanzar para formar una melodía.
Mathias Malzieu
¡Qué sombras somos, y qué sombras perseguimos!
Edmund Burke
El Gobierno es una invención de la sabiduría del hombre para subvenir a las necesidades humanas. Los hombres tienen derecho a que estas necesidades les sean satisfechas.
Las cosas que dependen de nosotros son por naturaleza libres, nada puede detenerlas, ni obstaculizarlas; las que no dependen de nosotros son débiles, esclavas, dependientes, sujetas a mil obstáculos y a mil inconvenientes, y enteramente ajenas.
Epicteto
Un esclavo es aquel que espera a que alguien venga a liberarlo.
Ezra Pound
Te vi, fumabas unos chinos en Madrid.
Fito Páez
Que vuestro amor a la vida sea un amor a vuestra más alta esperanza, y que vuestra más alta esperanza sea el amor a la vida.
Friedrich Nietzsche
Siempre que hay alegría hay creación. Mientras más rica la creación, más profunda la alegría.
Henri Bergson
El arte de la Economía consiste en considerar los efectos más remotos de cualquier acto o política y no meramente sus consecuencias inmediatas; en calcular las repercusiones de tal política no sobre un grupo, sino sobre todos los sectores.
Henry Hazlitt
Las peores decisiones son aquellas que se toman basados en argumentos coyunturales con el propósito de solucionar temas estructurales.
Jorge González Moore
A Jesús siempre se va y se vuelve por María.
Josemaría Escrivá de Balaguer
Pero si se apunta otra vez, disparará contra camaradas, contra trabajadores, contra hombres que se encuentran bajo el yugo del capitalismo lo mismo que él, fanático soldado. A quienes hay que disparar, los verdaderos culpables, jamás podrá apuntarlos.
Kurt Tucholsky
¿Y cómo te sientes tú al compartir creencias religiosas con Hitler?
Muhammad Ali
¡Ah! Recibe mil besos, más de mil en la boca.
Paul Géraldy
Cual más cual menos, toda la lana es pelos.
Proverbio
La muerte es irse a los promontorios desconocidos. Por eso no me gusta ver promontorios antes de morir.
Ramón Gómez de la Serna