La sangre se hereda, el vicio se apega.
Mateo Alemán
No seas jamás humilde con los soberbios, ni soberbio con los humildes.
Anatole France
El aire era frío, y el vuelo de las nubes allá en lo alto mucho más evidente. Iban acompañadas por una especie de sonido ululante y lejano, por entre el que parecía escucharse a intervalos el misterioso grito que el cochero había dicho que era de un lobo.
Bram Stoker
A los amigos, justicia y gracia. A los enemigos, la ley.
Carlos Fuentes
El tiempo hace madurar todas las cosas. Mediante él, todas se hacen evidentes. El tiempo es el padre de la verdad.
François Rabelais
Dadme la espuma de los ojos claros, la nieve de los pechos altaneros que mi canción tendré para embriagaros y la noche de miel para venteros.
Gonzalo Escudero
Una cita a ciegas puede convertirse en un cerdo con sombrero y un bolso de mujer.
Groucho Marx
Habilidad, fuerza, astucia, engaño, todo está permitido en materia de amor.
Jean de La Fontaine
Quien se apene pensando en la indolencia, nunca será un ocioso, y muy despierto está quien se crea dormido.
John Keats
Humillado Querubín, vileza es mostrarse débil, bien en las obras, bien en el sufrimiento. Ten por seguro que nuestro fin no consistirá nunca en hacer el bien; el mal será nuestra única delicia, por ser lo que contraría la Suprema Voluntad a que resistimos.
John Milton
Soy muy consciente, y sobre todo, estoy muy tranquilo con lo que digo, se que puedo enfadar a algunos y hacer feliz a otros, pero es que el comunicador está obligado a ir con la verdad por delante, con su verdad.
Luis del Olmo
Los economistas son evaluados por lo inteligentes que pareceno, no siguiendo una medida científica de su conocimiento de la realidad.
Nassim Taleb
Tenemos un montón de goteras en nuestra realidad.
Philip K. Dick
Nunca rendirse, nunca, nunca, nunca, nunca, en nada grande o pequeño, enorme o minúsculo, nunca rendirse salvo a las convicciones de honor y el buen sentido.
Winston Churchill
América es demasiado orgullosa para rebajarse a hacer la guerra.
Woodrow Wilson
Cuando nada, la rana. Completa entrega.
Yosa Buson