A la naturaleza le falta vitalidad, y esta falta de vitalidad se transmite a la comida y a través de la comida a las personas.
Masanobu Fukuoka
Vamos a tratar de crear las condiciones en las que las personas pudieran reunirse en un espíritu de trabajo en equipo, y el ejercicio para el deseo de su corazón es su capacidad tecnológica.
Akio Morita
Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy. Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.
Alejandra Pizarnik
Si te sientes propenso a la reconciliación, pregúntate, ante todo, qué es lo que te ha hecho tan manso: la mala memoria, la comodidad o la cobardía.
Arthur Schnitzler
En muchas cosas la mediocridad es excelente.
Cicerón
Escribir un libro ha de ser como cernir el trigo.
Doménico Cieri Estrada
La felicidad es la máxima aspiración del hombre, hacia la que apuntan todos los vectores de su conducta, pero si queremos conseguirla, debemos buscarla. Además, la felicidad no supone un hallazgo al final de la existencia, sino a través de su recorrido.
Enrique Rojas
De la fuerza creativa de cada individuo dependerá su sensibilidad y su capacidad para dar una expresión visible a sus sentimientos.
Ernst Neufert
Si quieres enderezar una cosa, aprende antes todos los métodos para torcerla aún más.
Giorgio Nardone
No debemos juzgar a las personas por la cima a la que han llegado, sino por el camino que han hecho para llegar.
Henry Ward Beecher
No, lo que tienen son balas y la esperanza de que cuando se les acaben, me hayan liquidado, porque de lo contrario, habrán muerto todos antes de recargarlas.
Hugo Weaving
Casi todo se olvida en la vida y todo se recuerda en la muerte.
Javier Marías
Mientras los enemigos de nuestra libertad recurran a las armas para combatirnos, también estaremos obligados a responderles con las armas a la mano.
Néstor Majnó
Tan sencilla es la verdadera felicidad, que la mayor parte de las gentes no reparan en ella. Es hija de lo más humilde, tranquilo y modesto que en el mundo existe.
Orison Swett Marden
¿Qué nos queda, qué queda al destino si no viven nuestros hijos, si no son dioses en nuestro corazón y en nuestra mente? Ellos lo son todo, toda la belleza, toda la verdad, toda la esperanza. Por eso estoy seguro de que festejáis conmigo el nacimiento de nuestro hijo, de nuestro querido hijo que duerme.
Rafael Barrett
Sacrificas tu pudor y tu cuerpo para lograr aprisionar lo que siempre se te ha fugado.
Salvador Elizondo