Los pecados no se redimen en la Iglesia. Se redimen en las calles, se redimen en casa. Lo demás son chorradas y tú lo sabes.
Martin Scorsese
Odio las definiciones.
Benjamin Disraeli
Todavía podemos esperar descubrir muchos cuerpos simples desconocidos; por ejemplo, los similares al aluminio y el silicio, elementos con pesos atómicos de entre 65 y 75
Dmitri Mendeléyev
Rosa quería un mundo donde la justicia no fuera sacrificada en nombre de la libertad, ni la libertad fuera sacrificada en nombre de la justicia.
Eduardo Galeano
Me tienen sin cuidado los odios y las alabanzas de los hombres que pertenecen a la raza de los explotadores. Quiero revelar a los pueblos. Quiero incendiarlos con el fuego de mi corazón.
Eva Perón
Enamorarse no es amar. Puede uno estar enamorado y odiar a la persona de quien lo está
Fiódor Dostoyevski
Con estos comportamientos no se hace ningún bien ni al Real Madrid ni al medio que lo publica.
Florentino Pérez
Estoy en contra de tener emociones, no de utilizarlas.
Gabriel Macht
Cuán insensato es el hombre que deja transcurrir el tiempo estérilmente.
Goethe
Si nosotros hablamos de la España eterna, de la España imperial, ellos también dirán que echan de menos la España grande y el Estado corporativo. Estos movimientos se pueden parecer tanto al nuestro como pueda parecerse un plato de fiambre al plato caliente de la víspera.
José Antonio Primo de Rivera
Lo peor no es perder: es la cara de gilipollas que se te queda.
José María García
Zarandéame ese yoyo.
Marcelo Rodríguez
No debe maravillarnos que la tendencia al aislamiento sea calificada por las gentes cultas como signo de inferioridad y atraso.
Rafael Altamira
Hoy os voy a hablar con la sabiduría que me da el fracaso.
Roberto Iniesta
El trabajo matemático no avanza por el estrecho sendero lógico de una verdad a otra y luego a otra, sino que osadamente o a tientas sigue desviaciones a través del pantano circundante de proposiciones que no son ni simple y totalmente ciertas ni simple y totalmente falsas.
Seymour Papert
El arte no es un espejo para reflejar el mundo, sino un martillo con el que golpearlo.
Vladímir Mayakovski