Lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos.
Martin Luther King
No existe una realidad, sino varias; cada una de ellas encierra una distinta conciencia del yo.
Albert Hofmann
Les estoy pidiendo que crean. No sólo en mi capacidad de traer el verdadero cambio a Washington, les estoy pidiendo que creer en la de ustedes.
Barack Obama
No amar es casi un homicidio y no tendría fuerzas para inferir tal golpe a nadie.
Borís Pasternak
Cuando hay clase, la velocidad es una minucia.
Carlos Ruiz Zafón
Y mientras que el cuerpo está confinado a un planeta a lo largo del cual se arrastra con dolor y dificultad, el pensamiento, en un instante, puede transportarnos a las regiones más distantes del universo; o incluso más allá del universo, al caos ilimitado donde, según se cree, la naturaleza se halla en confusión total.
David Hume
El miedo fue lo primero que dio en el mundo nacimiento a los dioses.
Estacio
Eres un pez en la corriente. Estás atado invisiblemente al cantarín nervio delgado del destino.
Halfdan Rasmussen
En el mundial 2006 comentando un partido de argentina, con Niembro alabando a Messi, hasta que este pierde el balón, a lo que Niembro dice Uh lo queme, a lo que Messi recupera el balon y el Bambi responde a este no lo quemas ni con una hoguera.
Héctor Veira
Los hombres deben ser sagrados para los hombres y los pueblos para los pueblos.
Hipólito Yrigoyen
Dolorosamente sabemos que en este país el gobierno tiene la metralla homicida para los hijos de la patria y la temblorosa rodilla en tierra ante el oro americano.
Jorge Eliécer Gaitán
Todo nos interroga y recrimina. Pero nada responde. Nada persiste contra el fluir del día. Al centro de la noche todo acaba y todo recomienza.
José Emilio Pacheco
Bajo las dos lunas con sus brillos de cristal. Una en lo alto, la otra sobre ese mar, Uruguay, Uruguay...
León Gieco
Ninguna de las cosas que valen la pena en esta vida son fáciles.
Nicholas Sparks
Mis ojos te descubren desnuda y te cubren con una lluvia cálida de miradas.
Octavio Paz
El avaro, por ansia de su tesoro, se priva de él.
Simone Weil