Mi desgracia no es consecuencia de mi manera de pensar, sino de la de los demás.
Marqués de Sade
Quien no sabe poblar su soledad, tampoco sabe estar solo entre multud atareada.
Charles Baudelaire
El perfeccionamiento de sí mismo es la base fundamental de todo progreso y de todo desenvolvimiento moral.
Confucio
Pero yo prefiero ser exacto. Luego, cuando venga la suerte, estaré dispuesto.
Ernest Hemingway
Por la carne también se llega al cielo. Hay pájaros que sueñan que son pájaros y se despiertan ángeles.
Gilberto Owen
El amor no es capaz de ver los lados malos de un ser; el odio no es capaz de ver los lados buenos.
Giovanni Papini
La malicia de las buenas personas es peligrosísima.
Giulio Andreotti
La consciencia sólo puede existir de una manera, y es teniendo consciencia de que existe.
Jean-Paul Sartre
El éxito depende no simplemente de cuán bien haga usted las cosas que le gustan, sino de cuán conscientemente realice esos deberes que no le gustan.
John C. Maxwell
El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia.
Milan Kundera
Lo de esta vida es prestado, que en un instante lo hemos de dejar como otros lo han dejado.
Nezahualcóyotl
El que la actitud de los primeros cristianos ante el Estado no sea acorde, sino que parece ser contradictoria, guarda relación con el concepto complejo de 'provisional'. Hago hincapié: parece ser así. Pensemos, por ejemplo, en Rom 13, 1: Sométase toda persona a las autoridades superiores; y junto a esto, el Apocalipsis de Juan 13, 1 y sigs, donde el Estado es la bestia que sale del abismo.
Oscar Cullmann
A partir del momento en que se desarrolla la palabra, aparece la personalidad humana.
Pierre Lecomte Du Nouÿ
También cooperan las lecturas reconfortantes, el contacto con la naturaleza y atender a las cinco fuentes básicas de energía: alimentación sana, respiración correcta, descanso adecuado, sueño profundo y reparador y actitudes mentales sanas.
Ramiro A. Calle
Quien concede una gracia, espera otra.
Ramon Llull
En mi creencia, disfruto incluso el final de la estación.
Tagami Kikusha