Frase de Marqués de Sade

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¡Cuántas variaciones! ¡Cuántas cosas! Me parece que el cielo sólo me ha dado un corazón sensible para ponerlo a prueba en los más ru... - Marqués de Sade

¡Cuántas variaciones! ¡Cuántas cosas! Me parece que el cielo sólo me ha dado un corazón sensible para ponerlo a prueba en los más rudos combates...

Marqués de Sade

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La finalidad de la educación es infundir sabiduría, la cual consiste en saber usar bien nuestros conocimientos y habilidades.

Alfred North Whitehead

Hay que echarle un par de bemoles.

Antonio Lobato

La única iglesia que ilumina es la que arde.

Buenaventura Durruti

Si la facilidad de uso fuera el único requisito, todos estaríamos moviéndonos en triciclos.

Douglas Engelbart

Quien siempre da corre peligro de perder la vergüenza.

Friedrich Nietzsche

No me extrañaría que pronto nos endilgaran una película con el mensaje de que en una guerra nuclear la humanidad fue barrida de este mundo, pero, al final, todo acabó muy bien.

Haruki Murakami

La doctrina no es otra cosa que la piel de la verdad preparada y rellena.

Henry Ward Beecher

Si no hubiera sido por el fútbol y el hecho de que me rompí la pierna y tuve que entrar en el mundo del cine para comer, quién sabe, yo podría haber sido un Demócrata liberal.

John Wayne

Aun este mundo tan bello y tan brillante que habitamos, es el cadáver pálido y deforme de otro mundo que fue...

José María de Heredia

Lo que hace magníficos a los pueblos no es principalmente la altura de sus hombres grandes, sino la de sus innumerables mediocres.

José Ortega y Gasset

Dostoyevski escribió ese menú.

Kate McKinnon

Mansell está rodando lento, conservando. Oh, no es una vuelta récord.

Murray Walker

La pradera era una cárcel enorme y silenciosa, y la mayor parte del tiempo estaba solo en ella.

Noah Gordon

Cuando la soledad se prolonga demasiado nos volvemos desconfiados y suspicaces con nuestros semejantes y nos arriesgamos a cometer con ellos errores de apreciación.

Patrick Modiano

Con un olor de olvido en los cabellos, con un sonar de venas misteriosas.

Vicente Huidobro