Juzgar es lo que nos derrota.
Marlon Brando
Si yo dijera algo, si yo hablara a solas, como a menudo hago, me asustaría a mí mismo.
Alejo Carpentier
Los amigos son mi propiedad. Perdonadme la avaricia de acumularlos.
Emily Dickinson
¿Por qué será que personas a las que jamás se les pasaría por la imaginaciónrobar nada encuentran perfectamente lícito robarlibros?
Helene Hanff
Desde que encontré tus labios, como una mariposa al descubrir su miel, necesito tu boca para embriagar tus noches y tus manos sedientas que alimentan mi piel.
Jenniley Bonilla
Para quedar a salvo de las mediciones abusivas hay que medir a los medidores con la misma vara con la que nos miden.
Jesús Ibáñez
Tanto en la política como en la guerra, la primera regla es conocer a tu enemigo.
John Carlin
Sé hombre, nunca te acobardes.
Juan Bosco
Cuando estás cantando una de las que has cantado muchas veces, la mayoría del tiempo cierro mis ojos y trato de sentirla, conectarme con el sentimiento. A veces veo una pareja allí cantando y me da alegría pensar que se conectaron por la canción, pasan muchas cosas por la mente cuando estás cantando, es increíble. A veces uno ni puede controlar los pensamientos, la emoción.
Juanes
No permitiré a nadie adentrarse en mi mente con sus pies sucios.
Mahatma Gandhi
Lo más difícil era a fin de mes, sobre todo los últimos treinta días.
Michel Colucci
¿Quieres saber lo que le asusta a la gente? El éxito.
Nicki Minaj
La memoria es como una red: uno la encuentra llena de peces al sacarla del arroyo, pero a través de ella pasaron cientos de kilómetros de agua sin dejar rastros.
Oliver Wendell Holmes
Quiero creer que voy a mirar este nuevo año como si fuese la primera vez que desfilan 365 días ante mis ojos.
Paulo Coelho
Cuando un discípulo ha aprendido conmigo, si quiere, me entrega el dinero que yo estipulo, y si no, se presenta en un templo, y después de jurar que cree que las enseñanzas valen tanto, allí lo deposita.
Protágoras
Va llamando la Fortuna de puerta en puerta, y tímidamente suplica: ¿Quién me abre?... El más necio abre en seguida. Y entonces la Fortuna sonríe y exclama: Me quedo contigo.
Richard Zoozmann