Todo ser humano es libre si su libertad no atenta a la de los demás.
Marlene Dietrich
No se conoce el que es necio siendo sufrido y callado.
Alonso de Barros
Un experto es un hombre que ha dejado de pensar; él conoce.
Frank Lloyd Wright
Rehúso discutir con los que siento menos sensibles a la verdad que yo.
Jean Rostand
Pero una nación no es una lengua, ni una raza, ni un territorio. Es una unidad de destino en lo universal. Esa unidad de destino se llamó y se llama España.
José Antonio Primo de Rivera
El amor es una enfermedad inevitable, dolorosa y fortuita.
Marcel Proust
Boca que arrastra mi boca. Boca que me has arrastrado: boca que vienes de lejos a iluminarme de rayos. Alba que das a mis noches un resplandor rojo y blanco. Boca poblada de bocas: pájaro lleno de pájaros.
Miguel Hernández
Soy un hombre homosexual encerrado en el cuerpo de una mujer.
Moria Casán
Un fotógrafo sin una revista a sus espaldas es como un agricultor sin campos.
Norman Parkinson
Sé bueno al igual que los que fueron buenos contigo.
Pitágoras
La imitación es suicidio.
Ralph Waldo Emerson
¡La vida! Cuán fácil fuera sus más aciagos momentos soportar, si en el pecho se pudiera algunos remordimientos enterrar.
Ramón de Campoamor
Cualquier gran escritor, o simplemente buen escritor, elabora un mundo en consonancia con su propia especificidad. Tal cosa es consustancial al estilo propio, aunque no se trate, únicamente, del estilo. Se trata, en suma, de la firma inimitable que pone en todas sus cosas el escritor. Este es su mundo y no otro. Esto es lo que diferencia a un escritor de otro.
Raymond Carver
Educar es cultivar a un tiempo el conocimiento de lo verdadero, la voluntad de lo bueno y la sensibilidad de lo bello.
Salvador Jacinto Polo de Medina
Esa es la inversión más poderosa que está a nuestro alcance en la vida: la inversión en nosotros mismos, en el único instrumento con que contamos para vivir y realizar nuestra aportación.
Stephen Covey
Es mucho mejor atreverse a cosas grandes, cosechar triunfos gloriosos aún marcados por el fracaso, que aliarse con esos pobres espíritus que ni mucho ganan ni mucho sufren porque habitan en la penumbra donde ni la victoria ni la derrota se conocen.
Theodore Roosevelt